La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha dado explicaciones este martes en la Junta de Portavoces sobre la retirada del escaño al diputado cupero Pau Juvillà, y lo ha hecho finalmente de forma pública, después de que la mayoría de grupos parlamentarios hayan reclamado que la reunión se emitiera en directo. Durante su intervención, Borràs no ha asumido ninguna responsabilidad y ha culpado a los funcionarios de la pérdida del escaño de Juvillà, a los que ha acusado de haber actuado de forma «improcedente».
La dirigente de Junts ha asegurado que los funcionarios ejecutaron por iniciativa propia la orden de la Junta Electoral Central (JEC), y ha insistido en que en ningún momento dio la orden de acatar la decisión de la JEC ni pidió que el cupero no fuese convocado en el pleno del pasado 3 de febrero, sino que los servicios de la cámara actuaron por miedo a las consecuencias. «Cuando los funcionarios no hacen las cosas, se llama miedo», ha afirmado.
Borràs ha aseverado que no inadmitió la petición del voto delegado de Juvillà, sino que la aceptó, pero no su emisión: «Como la CUP pidió la delegación de voto, se admite a trámite mediante un acto de Presidencia, pero no se autoriza para evitar cualquier impugnación por conflicto de intereses», ha explicado. Según la dirigente de Junts, el cupero fue considerado «diputado de pleno derecho hasta el 4 de febrero», aunque una «realidad paralela» hubiera hecho que, a efectos legales, dejara de serlo el 28 de enero.
La presidenta de la Cámara catalana ha reprochado a los funcionarios que publicaran la baja de Juvillà el 3 de febrero cuando debía hacerse efectiva el día 4, y que lo hicieran sin esperar a que la Mesa valorara el escrito de la secretaria general, Esther Andreu, en el que se indicaba que debía cumplirse el orden de la JEC «por imperativo legal». «No es admisible que los servicios de la Cámara ejecuten instrucciones antes de que se reúna la Mesa del Parlament», ha asegurado Borràs, quien también ha considerado «una actuación improcedente» que el 4 de febrero se publicara en la cuenta de Twitter del Parlament la publicación en el boletín oficial del cese de Juvillà, efectivo desde el 28 de enero.
Las explicaciones de Borràs no han convencido a la oposición, quien la ha acusado de mentir. El portavoz adjunto del PSC, Raúl Moreno, ha tildado de «espectáculo vergonzoso» lo vivido en el Parlamento durante las últimas semanas y ha afirmado que la presidenta de la Cámara «no supo estar a la altura de la institución». «Usted mintió. Su contorsionismo político no ha servido para nada más que para degradar la institución y presenciar una pelea más de los socios de gobierno», ha manifestado Moreno, quien ha pedido a Borràs que «deje de responsabilizar a los funcionarios» cuando ella «es la autoridad máxima» del Parlament.
Los comunes y Ciudadanos han pedido la dimisión de la presidenta de la Cámara, mientras que el PP, coincidiendo con los socialistas, ha calificado de «esperpento» todo lo sucedido. La CUP ha pedido explicaciones sobre por qué Borràs no convocó a Juvillà en el pleno que pretendía tratar específicamente la situación de su escaño, y ERC se ha limitado a agradecer las explicaciones de la presidenta del Parlament.
