Forestalia se ha convertido en una de las empresas españolas más pujantes en el sector de las energías renovables. Su fundador y presidente es el empresario aragonés Fernando Samper, que ha hecho su fortuna en el negocio de los cerdos y de los mataderos, al frente del Grupo Jorge. Esta industria cárnica tiene una importante presencia en la comarca de Osona, y su matadero Le Porc Gourmet de Santa Eugènia de Berga fue el foco de la sonada lucha sindical contra los “falsos autónomos”.
Muy bien conectado con el PP, Fernando Samper fue el gran y sorprendente ganador de las subastas de energías renovables hechas, en 2016 y 2017, por el Gobierno de Mariano Rajoy. En la actualidad, Forestalia asegura que tiene proyectos en cartera por 6 Gw, y se aprovecha que hay muchas zonas rurales de Aragón que están abandonadas para plantar generadores eólicos e instalar campos solares.
En función de su previsión de convertir Aragón en una gran plataforma de producción de energías renovables, Fernando Samper ha lanzado la operación Sputnik, que consiste en construir tres líneas de muy alta tensión para vender a Cataluña la electricidad producida en Aragón. El 29 de julio pasado salió a información pública el trazado de la primera de estas líneas, de 400 kV, que irá hasta la subestación de Begues. Las otras dos pasarán por la Cataluña central (hasta la subestación de Rubí) y por el Pirineo (hasta la subestación de Isona).
Las protestas y las movilizaciones ya han empezado en los municipios afectados. Los ayuntamientos de las comarcas meridionales han hecho un frente común contra la línea de muy alta tensión que destrozará este territorio y en el Pallars Jussà se ha organizado una manifestación para el próximo 9 de octubre.
