Laporta ya está de vacaciones sin los deberes hechos

El presidente ha delegado el urgente adelgazamiento de la masa salarial en su entorno más cercano del club azulgrana

Joan Laporta
Joan Laporta

Joan Laporta ha compaginado el lío de la marcha de Messi con un concierto de Perales, una cena en el Botafumeiro con el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y el de la Juventus, Andrea Agnelli, y ahora un retiro en Ibiza previo al debut del equipo en la Liga que, a cinco días de su inicio, continúa exigiendo al Barça respeto y formalidad por el ratio salarial. El club azulgrana, como lo reconoció el propio Joan Laporta, lo tiene aún desajustado, porque representa el 95% de los ingresos actuales, a falta de bajas, negociaciones, rebajas y soluciones ciertamente complejas.

Son los mismos problemas que, en teoría, el presidente debía resolver gracias a su ‘peso’ en la Liga, sus habilidades negociadoras en el exterior y, sobre todo, por su enorme poder de seducción y personalidad. Por mirar a la cara a los jugadores y pedirles a unos que se vayan donde él les diga y, a otros, que se rebajen el sueldo hasta donde el club lo necesite.

Laporta, sin embargo, está de vacaciones cuando llega el gran momento. Después de haber hecho caso a su entorno -directivos, ejecutivos y avalistas que temían las consecuencias de estirar el caso Messi hasta el final, de forzar la máquina-, la postura actual del presidente es la de delegarlo todo en su equipo, especialmente en Ferran Reverter y Mateu Alemany, en relación con el necesario y urgente adelgazamiento del equipo. Un directivo de rango menor, Jaume Llopis, ha dejado el club como miembro de la Comisión del Espacio Barça, desilusionado por la marcha de Messi y dejando un mensaje aterrador: «Veremos si Depay puede debutar el domingo», en referencia a estos asuntos pendientes que se demoran continuamente, como el de Leo, a la espera de un milagro.

La ayuda inesperada del acuerdo con CVC parece que lo arreglará todo porque para ello se ha negociado. Pero, Florentino Pérez le ha plantado cara legalmente, en teoría con el apoyo del Barça, que juega a dos bandas. La asamblea de la Liga decidirá si se acepta y un juez decidirá sobre su inmediata validez y cumplimiento. Al Barça le corresponderían beneficiarse hoy y ahora de 270 millones que, se supone, servirían para gestionar el ingreso de los nuevos fichajes en la Liga de Fútbol Profesional y en la Federación.

El problema radica en saber hasta qué punto el FC Barcelona puede negarse, como quiere Florentino, a aceptar esta cobertura, y hasta dónde llega esta alianza con el Real Madrid contra la Liga y en favor de esta Superliga, que ni llega ni llegará. Todo está en el aire, con Laporta de vacaciones, que por supuesto está en su derecho.

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