Las elecciones del 14 de febrero dejaron al PDECat fuera del Parlament. La cámara catalana es el principal altavoz para cualquier formación política. Y no conseguir ni un solo diputado en las elecciones es un signo de tanta debilidad que de poco les sirven los cuatro escaños en el Congreso y las decenas de alcaldes. De hecho, los alcaldes en numerosas localidades siguen siendo su máximo baluarte, la maquinaria que puede hacer resistir al partido y evitar su desaparición.
Pero últimamente en la cúpula del PDECat preocupa, y mucho, que no poder ofrecer proyección ni una marca al alza haga que muchos de estos alcaldes terminen en 2023 -fecha de las próximas elecciones municipales- presentándose por JxCat o por partidos independientes. De hecho, ya hay algunos que han avisado de que lo harán, y esto ha hecho encender todas las alarmas en el partido.
