Una huelga de celo, convocada por el sindicato de maquinistas SEMAF, está provocando, desde este fin semana, retrasos en algunos trenes de Renfe. La empresa asegura que la protesta responde únicamente a reivindicaciones salariales y que ésta ha tenido lugar después de que SEMAF se negara a firmar la prórroga del II convenio colectivo, que contó con el apoyo de CCOO y UGT y con la abstención de la CGT.
Renfe subraya que, entre las demandas que reclaman, está el cobro del 100% de la prima variable de producción de 2020 considerando como trabajados los trenes que se tuvieron que suprimir por la pandemia, el ascenso de categoría profesional de algunos maquinistas y un incremento de 5 días de vacaciones.
La compañía también lamenta que las acciones de protesta busquen bloquear la formación de futuros maquinistas y remarcan que esto puede afectar a sus servicios a medio plazo así como dificultar la liberalización y apertura de la competencia del mercado ferroviario.
Sin embargo, los maquinistas señalan que las acciones de presión también buscan rechazar tener que circular con convoyes que contienen pintadas de graffiti en su exterior. Por este motivo, la dirección de SEMAF ha instado a sus afiliados a abandonar los trenes que tengan grafitis, ya que consideran que no son aptos para circular.
A pesar de que desde CCOO y la UGT recuerdan que la inacción de los Mosssos de Escuadra, la dirección de Renfe y los poderes políticos y judiciales han generado que más del 70% de los 271 trenes estén con pintadas, consideran que la actitud de los maquinistas de SEMAF es «reprobable» por «generar aglomeraciones que favorecen la propagación de la covid-19 entre los trabajadores y trabajadoras que cada día se trasladan a sus trabajos en transporte público».
Por otro lado, los dos sindicatos mayoritarios creen que el elemento determinante del conflicto es mantener en Cataluña una plantilla de maquinistas reducida e inestable, y aseguran que desde hace meses se están suprimiendo más de 60 trenes diarios por falta de personal.
