Que las mascarillas no nos tapen la boca…

El refranero popular dice que quien no llora no mama. Si bien es cierto, no lo es menos que en política hay que venir llorado de casa. Desde el inicio del estado de alarma, el Gobierno ha llorado día sí y día también para que le devolvieran las competencias sanitarias. Ahora Quim Torra, ahora Alba Vergés, insistían en la idea de la proximidad; ¿quién mejor que ellos, a pie de territorio, para gestionar la crisis?, insistían. Sin entrar en detalles, la compro. Compro la idea de la política de km 0, que empieza en los ayuntamientos. El argumentario servía entonces para criticar la gestión que de la pandemia hacía el gobierno español. Yo también la critico. Ahora bien, las competencias han vuelto, y entiendo que con ellas las responsabilidades. Recuperado el control, dice ahora el presidente Torra que la responsabilidad de cómo actuar contra el virus recae en el ciudadano y en su comportamiento cívico y solidario. ¿Perdón? A ver si lo he entendido bien: ¿cuándo las competencias eran del Estado, las responsabilidades eran exclusivamente suyas, y ahora que las competencias vuelven a Cataluña, entonces las responsabilidades son de los ciudadanos? En esta regla de tres, ¿las responsabilidades nunca recaen sobre la Generalitat, tenga o no competencias? No niego que luchar contra el virus no sea un trabajo de todos, pero nunca sólo de los ciudadanos. Ahora que volvemos a tener las competencias, ¿delegamos a la ciudadanía la gestión de la crisis? ¿Para eso las queríamos? Lo ocurrido en Lleida no es culpa de los leridanos, ni de los temporeros. Lo ocurrido en Lleida es culpa de la mala gestión realizada por el Govern, que es quien tiene las competencias; es decir, de Torra, Vergés y compañía. No hay que buscar a los responsables donde no los hay. Antes, si la gestión no era buena, la culpa era de Pedro Sánchez, Salvador Illa y compañía, ahora es nuestra y hay que asumirla sin rodeos.

Volvamos a los llantos. Cataluña está infrafinanciada. Estoy de acuerdo y me sumo a la lucha para que deje de estarlo. Pero esta realidad no puede ser usada de comodín para sacudirse responsabilidades cuando mejor convenga. La gestión de la Covid-19 que hizo la Generalitat en las residencias de ancianos fue pésima, lamentable. En este caso, aunque las competencias eran nuestras, Torra dice que la responsabilidad es del Estado, por la "infrafinanciación". Menos mal que no fue de los abuelos … Insisto, estamos infrafinanciados y seguro que esto tiene parte de culpa, ¿pero de verdad que el Govern tampoco tiene responsabilidad en la gestión de la crisis sanitaria en las residencias de ancianos? No sé si Torra debería ser inhabilitado por una pancarta, lo dudo, pero no dudo que él o alguien de su gobierno (Chakir el Homrani…) deberían dimitir por la pésima gestión de la pandemia en las residencias de ancianos.

De momento, el Gobierno ha decretado el uso obligatorio de mascarillas aunque haya distancia de seguridad. Somos los primeros. Veremos… ¿Exagerado? Como dice siempre el experto Fernando Simón, mejor pasarse que quedarse corto. Sea como quiera, que las mascarillas no se conviertan en tapabocas. Lo que hace falta es un plan integral contra el virus que, en todo caso, contemple la obligatoriedad o no de los bozales, entre otras muchas medidas. Un plan que, de momento, no está. Que los rebrotes nos cojan confesados…

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