No hay rendija para que Pedro Sánchez sea investido este martes presidente del Gobierno pero tampoco hay certeza que el acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos se produzca en la segunda votación del jueves. Las posiciones siguen alejadas y el clima entre ambos se enrareció todavía más ayer en la primera sesión del debate de investidura, que continúa hoy.
Pablo Iglesias advirtió que no será "un decorado" y que no se dejará "pisar". Tampoco aguanta que Sánchez continúe "suplicando" la abstención de Ciudadanos y del Partido Popular.
Según manifestaba ayer el líder de Podemos, después de haber anunciado su paso al lado forzado por el "veto" de Sánchez, no está dispuesto a hacer más concesiones.
Los reproches entre Sánchez e Iglesias han sorprendido a todo el mundo y hacen evidente hasta qué punto la negociación está encallada. El líder de Podemos intervino enojado no sólo porque se lo vete a él para el gobierno sino también porque, según varias fuentes, se veta a Irene Montero como vicepresidenta "porque el mensaje sería el mismo" según afirman los socialistas.
Por otro lado, tampoco hay acuerdo con los ministerios, y en vez de los cinco (Trabajo, Hacienda, Educación y los de Transición Ecológica e Igualdad) que, de acuerdo con sus votos, Podemos reclamaba, se les ofrecen sólo dos.
Gabriel Rufián, en nombre de Esquerra Republicana, será el primero a intervenir hoy, segunda jornada del debate de investidura. El republicano se mostró ayer decepcionado por el discurso de Sánchez, pero no anundió su voto. En cambio, Junts per Catalunya sí que avanzaró que su voto será negativo.
