El directivo del Barça B Josep Contreras se siente muy bien protegido entre los muros del Camp Nou, como si la investigación por su directa participación en el escándalo de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) no fuera con él. En su calidad de pequeño constructor de Gavà tuvo que comparecer ante el juez por haberse ocupado de generar una serie de gastos sobrefacturados en obras de las sedes de la FCF y de la Mutualidad de Futbolistas. La diferencia entre el gasto real y la asignación otorgada y aprobada se desvió a favor de otras remodelaciones realizadas en la vivienda del expresidente de la FCF, Andreu Subies, y en el restaurante de su mujer, donde, por cierto, parece que se celebraban no pocas reuniones de los miembros de la junta, ejecutivos y comisiones.
Así consta en los informes de la Guardia Civil y en las conclusiones de una instrucción que no pinta bien para ninguno de los dos exdirectivos de la catalana ni tampoco por el anterior secretario, Albert Baza. El propio juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, tomó buena nota, aunque sorprendido, de las respuestas de Josep Contreras respecto de la ausencia de facturas y de la mínima documentación necesaria y justificativa de estas obras que su propia empresa no podía acometer, y que refacturaba a otra de mayor dimensión y capacidad técnica, operativa y de personal. Contreras respondió al juez que, habiendo confianza, no hacían falta.
A pesar de todo esto, Josep Contreras está muy lejos de desaparecer de la vida pública, ya que sigue ejerciendo como directivo del filial barcelonista, presumiendo de cargo y de sentirse amparado por personas que, como el expresidente de la Federación Española, Ángel María Villar, lo habían tenido efectivamente bajo su tutela y su manto de poder. La posibilidad de que Andreu Subies lo hiciera después del procesamiento judicial de Villar también se puede descartar pues no sólo ya tiene suficientes problemas, sino que el actual responsable de la RFEF, Luis Rubiales, le ha dado la patada para alejarlo de su lado.
En el entorno del FC Barcelona, Josep Contreras ha sido investigado por si hubiera conseguido facturar al club con esa habilidad suya, tan característica, para conseguir obras y encargos, muchos de ellos domésticos y de rehabilitación para directivos y personajes del palco del Camp Nou. No se ha encontrado nada, al menos directamente. Otra cosa es lo que se desprende de sus propios comentarios y de sus idas y venidas a las oficinas con papeles y documentación que poco tienen que ver con sus funciones directivas. Contreras es conocido en el mismo ámbito por su poca memoria para girar facturas y para resolver según qué tipos de encargos por otras vías. Le gusta jugar al trueque y, de hecho, lo sigue haciendo con permiso de muy arriba de la estructura del club. Alguien sigue protegiéndolo.
