La reventa de entradas en el Camp Nou se había convertido en un negocio millonario y oscuro al cual el mismo FC Barcelona no se había atrevido a mirar cara a cara durante los últimos años. Corría el riesgo, como así ha sido, de encontrar ropa sucia en casa, en este entorno aparentemente legal y pseudocontrolado de los operadores turísticos con licencia para vender, bajo el sello oficial, tickets del FC Barcelona.
Mientras se espera el levantamiento del secreto de sumario de la operación Duarte, después de que la Guardia Civil realizara registros hace unas semanas en diferentes agencias y detuviera a diez personas sospechosas de participar en una trama organizada de falsificación de entradas, se sabe que se han pillado "pezes gordos", además de otros de tamaño más pequeño que, en cualquier caso, se enfrentan a probables delitos de estafa y otros cargos penales de índole económica y fiscal propios de una organización criminal.
En un solo partido, como el escogido para el gran batida del 2018, el Clásico del fútbol mundial Barça-Madrid, los beneficios netos de esta trama se han calculado en 1,5 millones de euros, la mayor parte no facturados legalmente. Es el mismo importe del perjuicio que el club azulgrana ha sufrido en un único partido, sin contar los millones de euros perdidos por culpa de esta piratería de mayor o menor calado a lo largo de los últimos años.
Según la Guardia Civil, responsable de la investigación en el marco de la operación Duarte, emprendida por el juzgado de instrucción núm. 1 de Barcelona, ya se han producido nueve registros en oficinas y agencias que el mismo FC Barcelona había validado y autorizado mediante convenios privados para la reventa oficial de entradas, de acuerdo con un modelo de gestión que, desde siempre, había favorecido a unos más que otros y levantado todo tipo de suspicacias.
Los expertos consideran que, seguramente, solo se ha destapado una parte del negocio sucio y que, de todos modos, será difícil sacar el agua clara de algunas de las complejas redes de colocación de entradas y de llegar a distinguir y poner ante la justicia a los verdaderas jefes de estas mafias.
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