A partir del próximo 15 de enero, la Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas (EAJA) de la Generalitat dejará de comercializar la Super 10, según consta en una resolución publicada en el DOGC. Esta modalidad de lotería consiste en un sorteo diario, donde el jugador apuesta 10 números de una parrilla de 68, con la opción de triplicar sus ganancias si acierta el número “diana”.
La Super 10 se puso en marcha en 1990 y ahora la EAJA ha decidido suprimirla a causa de sus bajos ingresos. El año pasado, esta modalidad de lotería, junto con el Trío, consiguió una recaudación de solo 2,8 millones de euros, el equivalente al 1,4% de los ingresos de la EAJA, que, en total, bordearon los 200 millones de euros.
La mayor parte de los ingresos de las loterías de la Generalitat proceden de los llamados binjocs, que se comercializan a través de las salas de bingo y aportan el 66% de la recaudación. La Grossa es la segunda fuente de ingresos y en 2017 recaudó más de 34 millones de euros (17%), mientras que la Lotto 6/49 ingresó 11,5 millones de euros (5,7%).
Desde el año 2016, la gestión y explotación de las loterías de la EAJA va a cargo de la multinacional austríaca del juego Novomatic, que fue la única que concurrió al concurso convocado por el gobierno. El departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias es el destinatario de los beneficios de los juegos de la Generalitat, que en 2017 se cuantificaron en 10 millones de euros (un 5% de la recaudación total).
Las loterías de la Generalitat, que se pusieron en marcha en 1987, fueron uno de los primeros grandes escándalos de corrupción del pujolismo. Se descubrió que una parte de sus ingresos se “perdían” a través de una trama de sociedades instrumentales radicadas en paraísos fiscales y esto provocó la creación de una comisión de investigación en el Parlament.
