Las semanas previas a las vacaciones de verano acostumbran a ser la época del año donde los partidos planifican internamente el nuevo curso político que empezará en septiembre. En esta ocasión, el otoño se presenta calentito con el conflicto nacional en el centro de la polémica. Arrancará con una Fiesta que, como siempre, será una guerra de cifras sobre independentistas; habrá desprendido una conmemoración del 1-O que promete ser un punto culminante de la agenda soberanista, y todo esto aliñado con una agenda judicial que llevará a los presos y a los procesados cada dos días a las portadas de los diarios, y una negociación entre la Moncloa y la Generalitat que nadie sabe como puede acabar.
En medio de todo este panorama, hay un partido que no sabe como afrontar un otoño como esta sin salir mal parado y que se ha quedar desubicado. Se trata de Cs. Fuentes de la dirección aseguran que Albert Rivera ya reclama a sus colegas de Cataluña un plan para utilizar todo este otoño en beneficio propio, pero la misma fuente asegura que los de Inés Arrimadas ya no saben qué hacer. «Si ya han quemado todos los cartuchos denunciando golpes de estado, connivencia con Sánchez y tibieza del PP, ¿qué haremos ahora que todo serán reivindicaciones de supuesta democracia y pacto?», se pregunta un dirigente. Inés Arrimadas reclama ideas y los suyos están perdidos.
