Ramon Cotarelo. El politólogo madrileño favorable al proceso, nuevo catalán desde que se trasladó con su familia a Girona hace unos meses, ha protagonizado un intercambio de reproches con uno de los Comités de Defensa de la República (CDR) porque le invitaron a un acto en Tarragona y, según explica él en su blog, el alojamiento no contaba con «las mínimas condiciones exigibles», por lo que considera que recibió un «tratamiento inmerecido e injustificable».
El acto (charla y «vermut musical solidario con caja de resistencia») se suspendió y el CDR del Eixample de Tarragona le ha respondido que «no son responsables de que no funcione el wifi de un hostal», además de reprocharle que «el paternalismo de su comunicado nos asusta» y que «la frase «actúan de forma típicamente hispánica» toca con el racismo más tufoso de la izquierda clasista».
Este CDR asegura, en un detallado relato de su versión de los hechos, que los activistas que gestionaron la bienvenida a Cotarelo prefirieron no tensar más la situación cuando recibieron por respuesta que el politólogo no haría la charla en las condiciones que le ofrecían -«si baja será peor», según el CDR- y que no aceptaba que lo invitaran a comer.
«No es de recibo invitar a alguien a un acto y no proveerlo de las mínimas condiciones exigibles para que puede desarrollar su cometido. Y mucho menos decirle luego que el desastre puede arreglarse invitándole a comer. Eso ya roza lo esperpéntico. Porque los CDR aseguran tener pocos medios pero, como siempre, los medios aparecen cuando se trata de comidas y cenas. Una actitud muy típica de España y que plantea la cuestión de por qué querrán independizarse de ella unas gentes que actúan de forma típicamente hispánica», había escrito Cotarelo en su blog.
