La última iniciativa pública de Agustí Colomines, destituido recientemente por el gobierno español como director de la Escuela de Administración Pública de la Generalitat, ha sido la inscripción de un nuevo partido en el registro del Ministerio del Interior.
Esta formación se supone que es la concreción de las intenciones mostradas por Carles Puigdemont: crear un movimiento transversal y diverso a partir de Junts per Catalunya. Entre los impulsores de la iniciativa, además de Colomines, está el abogado y economista Jordi Ferres. El abogado Quim Jobert consta como tesorero y los vocales son Marta Domingo y Laura Carrasco.
Que el nombre del partido sea Moviment 1 d’octubre es irónico, considerando lo que expresó Colomines hace casi dos años sobre el tipo de votación que fue (según sus impulsores) el 1-O: un referéndum unilateral de independencia (RUI).
En agosto de 2016, en una entrevista concedida a El Punt Avui, manifestaba: «Yo estoy por un referéndum acordado. Si lo conseguimos, lo hacemos inmediatamente. Yo estoy en contra de un referéndum unilateral (RUI). No le veo la virtud (…) Volveremos a hacer un 9-N. ¿Quién y cómo convocará? ¿Volveremos a hacer un proceso de voluntarios? ¿Cómo obligarás a los contrarios a ir a las meses, a presidirlas? ¿Obligarás los funcionarios a través de una ley? Hay tal cantidad de debilidades que me parece un brindis al sol. Entonces prefiero que unas elecciones demuestren por enésima vez que hay una mayoría independentista en el país».
«Tenemos que conseguir un referéndum en el que la señora Arrimadas vaya a votar que no. Si la señora Arrimadas no va a votar, tenemos un problema» añadía en la misma entrevista. Pero el 1-O se consagró en el imaginario del independentismo y hacer un brindis no es un problema para Colomines.
