El ex-presidente de la ANC y diputado de Junts per Catalunya Jordi Sànchez se ha enfrentado al juez que instruye en el Tribunal Supremo la causa sobre el proceso, Pablo Llarena, durante su comparecencia en sede judicial de este lunes.
En concreto, según fuentes presentes en la declaración, Sànchez ha dicho que percibe «una clara falta de objetividad» en Llarena, a quien ha indicado que no puede ser «juez y víctima». También ha señalado que las interlocutorias no están siendo coherentes.
El candidato a la presidencia de la Generalitat alternativo al ex-presidente Carles Puigdemont ha aludido al uso por parte de Llarena de la primera persona del plural al referirse a víctimas del proceso en el redactado de algunas interlocutorias. Como respuesta, Llarena le ha dicho que puede recurrir ante la sala de apelaciones.
Sànchez también se ha quejado de que Llarena no ha atendido la respuesta de la ONU, aunque hasta ahora no se ha pronunciado sobre el fondo de la queja de Sànchez, sino que se había limitado a aceptarla a trámite y a expresar la necesidad de que se respetaran los derechos políticos de los encausados.
En su resolución, Llarena había argumentado que el llamamiento al cumplimiento de derechos por parte de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU «no comporta (…) una indicación concreta (…) ni siquiera osa sugerir que la tutela cautelar de los derechos políticos» de Sànchez dependa de «la adopción de las decisiones que el solicitante expresa».
Por su parte, el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha reprochado a Llarena que su forma de conducir la instrucción del caso está vulnerando la libertad ideológica.
