Las acusaciones cruzadas de haber efectuado un golpe de estado (de los independentistas a los constitucionalistas por el artículo 155 de la Constitución y de los constitucionalistas a los independentismos por el proceso y la DUI) tienen un precedente no muy remoto en uno de los actuales protagonistas destacados de la vida política catalana.
El ex-consejero Jordi Turull, siendo diputado de CiU, acusó a la plataforma Democracia Real Ya de haber hecho "un golpe de estado del siglo XXI encubierto" con el bloqueo del Parlamento de Cataluña que tuvo lugar en junio de 2011.
En concreto, declaró en el programa radiofónico En días como hoy (RNE) que "alguien convocó a los ciudadanos a impedir que los diputados y diputadas (…) pudieran ejercer sus funciones" y que "no me sirve decir que es una cosa de unos cuántos violentos". Y señaló a la citada plataforma.
Además de acusarla de ser "todo menos democracia" por su forma de protestar, entendía como previsibles los disturbios de una movilización donde consideraba que los antisistema se sentían invitados a "su festín".
