Junts per Catalunya ha entrado en el registro del Parlamento este jueves su solicitud para que los tres diputados que tiene en Bruselas puedan delegar su voto de cara a la sesión de investidura y al resto de legislatura, que arrancó este miércoles. De este modo, Lluís Puig, Clara Ponsatí y el mismo Carles Puigdemont podrían sumar con el bloque soberanista sin necesidad de acudir al hemiciclo, supuesto por el que serían detenidos.
En la misma situación se encuentran los diputados de ERC Meritxell Serret y Toni Comín, que todavía no han pedido la delegación del voto.
Ahora la decisión recae sobre Mesa del Parlamento, elegida este miércoles con Roger Torrent al frente. El Gobierno español -y la oposición- ya anunciaron que habría recurso al Tribunal Constitucional si se aceptaba el voto delegado a Puigdemont.
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena abrió el pasado viernes la puerta a delegar el voto a los tres diputados encarcelados, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn pero no a los diputados que se encuentran en Bruselas.
Sin embargo, los letrados del Parlamento cuestionaron la vía marcada por Llarena al considerar que el reglamento de la cámara no contempla los supuestos de delegación de voto en los casos mencionados. Es decir, ni estar en la prisión ni estar en Bruselas con una orden de arresto en España son razones de «incapacidad» que, según los letrados, el reglamento contemple para permitir una delegación de voto.
A pesar de todo, la Mesa de edad presidida por Ernest Maragall autorizó este miércoles el voto delegado a los diputados arrestados, lo que provocó que Inés Arrimades, por parte de Ciutadans, y Santi Rodríguez, por parte del PPC, pidieran reconsiderar la decisión, cosa que no sucedió.
