Oriol Junqueras debe retirarse

De entrada, quiero expresar todo mi apoyo afectivo a la familia del ex-vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y, de manera especial, a los dos hijos pequeños que tiene con su esposa Neus, que crecen desde hace veinte días sin el calor y la presencia necesaria de su padre. El mismo aliento solidario y humanitario tengo para las familias de los dos Jordis y de los siete ex-consejeros que están en prisión. La separación de un ser querido siempre es dolorosa y mucho más tratándose de niños, que no tienen la culpa de las trifulcas de los adultos.

Quiero dedicar también toda mi empatía amorosa a los niños y niñas de las tres escuelas de la Seu d’Urgell que han sido víctimas de unos maestros poco cuidadosos que, sin tener en cuenta la corta edad de los alumnos ni sus sentimientos familiares, han introducido el veneno del debate secesionista en las aulas y por eso están ahora bajo la lupa de la justicia. En otros centros educativos de Cataluña hay padres que han formulado quejas y denuncias por el mismo motivo.

El ruido del envite independentista es tan ensordecedor y los traumas emocionales que provoca son tan profundos que hay una generación de pequeños catalanes que quedará marcada por siempre jamás por este terremoto político. Decidme: ¿hay derecho a esto? ¿Por qué hacemos sufrir a los niños con una absurda pugna identitaria que no tiene ninguna razón de ser en el siglo XXI?

Oriol Junqueras me merece todo el respeto como persona y deseo, de todo corazón y por el bien de su familia, que salga cuanto antes de la prisión de Estremera. Pero también le pido que se mire al espejo y haga el ejercicio de reconocer todo el inmenso daño que, como presidente de ERC y vicepresidente de Economía y Finanzas de la Generalitat, ha hecho a nuestra sociedad, empezando por los niños y las niñas de corta edad.

Él vive en una localidad, Sant Vicenç dels Horts, de donde ha sido alcalde, que es una síntesis de la Cataluña de hoy, donde los nativos y los inmigrantes se han mezclado armoniosamente desde hace décadas y formamos una única comunidad. ¿Por qué promueve su división, apelando a una ilusoria república independiente que hiere el legítimo sentido de pertenencia de quienes no quieren renunciar a ser españoles?

Como ex-responsable de Economía y Finanzas, Oriol Junqueras también ha sido un absoluto desastre. Él es el culpable directo de la fuga de más de 2.500 empresas -entre las cuales, las dos principales entidades financieras catalanas- y de la parálisis que sufren sectores clave de nuestra economía, como el comercio y el turismo. La hecatombe que ha provocado no tiene precedentes y pagaremos las consecuencias durante muchos años.

Oriol Junqueras no merece ser candidato a la presidencia de la Generalitat. Oriol Junqueras, sencillamente, ha fracasado en todos sus pronósticos y debe dimitir e irse a su casa con los suyos, si éste es su deseo.

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