Los trabajadores de Eulen se manifestaron por las calles de la ciudad de Girona el 10 de diciembre de 2015 para denunciar «acoso y malas prácticas» de la empresa. Pidieron a las administraciones que tenían contratados los servicios de Eulen que reclamaran el cumplimiento de sus obligaciones o que le rescindieran el contrato. Entre estas administraciones estaba el Ayuntamiento de Girona, presidido entonces por Carles Puigdemont.
Puigdemont ya vivió otra protesta de los empleados de Eulen en enero de 2012, pocos meses después de acceder a la alcaldía gerundense. Entonces, las 200 personas que se reunieron en una concentración de una hora en la Plaça del Vi gritaron consignas como «Carles Puigdemont estás con el patrón», «Ea, ea, ea, el mocho se cabrea» o » Eulen fuera».
El Ayuntamiento de Girona firmó el otoño pasado contratos con Eulen para que limpie la mayoría de edificios y dependencias municipales por 3,5 millones de euros al año. El contrato es por dos años prorrogable dos años más.
Desde el gobierno de Carles Puigdemont, los partidos que lo apoyan o los manifestantes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que se desplazaron al aeropuerto de El Prat se han presentado las protestas de Eulen que han provocado largas colas para embarcar como «una maniobra del Estado para desprestigiar a Cataluña». En los folletos que repartía el ANC en el aeropuerto se describía a esta multinacional como una «empresa amiga del gobierno de Madrid».
