A la independencia por unas décimas

Ahora resulta que hay una mayoría de catalanes que están contra la independencia. Al menos, esa es la conclusión que acaba de presentar el Centro de Estudios de Opinión (CEO), ente dependiente del gobierno de la Generalidad. Exactamente, el CEO dice que si se pregunta a los catalanes si quieren que Cataluña sea un Estado independiente, un 45,1% dice que NO y un 44,9% dice que SÍ. Es decir, que si hay algo que se puede considerar un empate técnico este es el ejemplo perfecto. 0,2 décimas de diferencia en una encuesta del CEO significa que cualquier resultado es posible.

De entrada, el CEO no es de fiar. Se desprestigió absolutamente en 2012 cuando previó una mayoría absoluta de la CiU liderada por Artur Mas en unas elecciones al Parlamento de Cataluña. CiU no sólo no logró la mayoría absoluta sino que perdió 10 diputados en aquellos comicios. Nada cambió ni en la dirección ni en la forma de trabajar del CEO. Una administración catalana que no duda en utilizar TV3 y Catalunya Ràdio como herramientas de propaganda tampoco lo hace a la hora de utilizar el Centro de Estudios de Opinión en beneficio de su causa política, actualmente la defensa y promoción del proceso independentista.

¿Qué debemos entender cuando un órgano teledirigido desde el despacho del presidente de la Generalitat dice, pocos días antes del debate de los presupuestos para el próximo año, que la mayoría de independentistas que se detectaba en julio se ha evaporado en cuatro meses? En julio, el CEO decía que un 47,7% de los catalanes querían la independencia y que sólo un 42,4% estaban en contra. De 5,3 puntos por debajo, los no independentistas han pasado a superar por décimas a los que quieren separarse de España.

Lógicamente, con estos datos en la mano sería injustificable una proclamación unilateral de independencia. Sería como una declaración de guerra a media Cataluña. Una lectura posible es que el gobierno de la Generalitat -a través del CEO- quiere lanzar el mensaje a sus socios parlamentarios de la CUP que no se echen al monte. Lo confirmaría que el sondeo augura un descenso considerable del apoyo a los cupaires.

De la serie de encuestas del CEO no se puede deducir con certeza quién ganaría un referéndum sobre el futuro de Cataluña que se plantearse como una dicotomía entre independencia Sí o No. Lo que se deduce seguro es que los catalanes no somos de fiar.

Pero insisto, quien no es de fiar es el CEO.

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