Bruselas incrementa la presión sobre el ‘paraíso fiscal’ andorrano

Las irregularidades y delitos que han provocado la intervención de la BPA son extapolables al resto de entidades bancarias que operan en el Coprincipado
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A pesar de que el jefe de gobierno, Toni Martí, cuenta con una cómoda mayoría absoluta en el Consejo General (Parlamento) y que su partido, los naranjas de Demócratas por Andorra (DA), domina los principales comunes (ayuntamientos), el país de los Pirineos está abocado a una gravísima triple crisis: financiera, de reputación y social. La Comisión Europea, el Parlamento de Bruselas-Estrasburgo y, de manera muy especial, el gobierno español han incrementado en las ultimas semanas la presión sobre Andorra, donde la sensación de ahogo ante las injerencias externas empieza a ser angustiosa.

EN LA LISTA NEGRA

Esta semana pasada, el Coprincipado ha recibido un duro golpe de la Unión Europea. El comisario de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici, ha hecho pública la lista provisional de 44 países que, a ojos de Bruselas, son indeseables, por la carencia de transparencia financiera y por la baja fiscalidad que aplican. Andorra aparece en esta lista negra, junto a lugares de pésima reputación porque son el refugio del dinero negro de las mafias internacionales, como las islas Bermudas, Bahamas, islas Vírgenes Británicas, Caimán, Jersey, Guernsey, Aruba, Seychelles, la ciudad de Hong Kong y estados como Belice, Panamá o Israel.

Esta relación de países que, según Bruselas, «rechazan un juego leal», será elevada a definitiva en 2017 y marcará a fuego las futuras relaciones comerciales y diplomáticas de Andorra con sus vecinos europeos. El gobierno de Toni Martí asegura que está haciendo todos los esfuerzos para adaptar, a toda pastilla, la legislación del Coprincipado a las exigencias de la Comisión Europea, en especial en materia de intercambio de información financiera y aplicación de una fiscalidad homologable.

El problema es que la banca andorrana, el verdadero poder fáctico del país, se ha convertido, en las últimas décadas, en un gran escondrijo de dinero extranjero, procedente del fraude fiscal en países terceros. Si el PIB de Andorra es de 2.500 millones de euros, los depósitos de los cinco bancos con licencia para operar suman más de 45.000 millones de euros. Esta es la madre de los huevos.

El escándalo de la BPA, destapado por el departamento del Tesoro norteamericano el año pasado, ha provocado un terremoto de efectos devastadores sobre el sector financiero y ha envenenado la vida política de Andorra. Los expropietarios del banco intervenido, los hermanos Higini y Ramon Cierco, se quejan, y con razón, que los delitos y las irregularidades que les imputan son generalitzables al resto de entidades bancarias del Coprincipado.  

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