¿Qué gran quebradero de cabeza tiene el presidente del Barça?

Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça
Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça

La nueva exhibición de esteladas en el Camp Nou, con motivo del partido de la Champions League contra el Celtic, envenena todavía más las ya complicadas relaciones del Barça con la UEFA. El club azulgrana ha recibido hasta ahora tres sanciones del organismo del fútbol europeo –que, jurídicamente, es una entidad privada- por hechos parecidos, con multas ascendentes de 30.000 euros, 40.000 euros y 150.000 euros. La última sanción contemplaba una rebaja de 50.000 euros si no se volvían a repetir las exhibiciones de esteladas en los próximos dos años, hecho que ya ha sido vulnerado en el primer partido de la Champions de esta temporada en el Camp Nou que, además, fue acompañado de una sonora pitada de parte de los espectadores cuando sonó el himno de la competición europea.

La UEFA es muy estricta a la hora de impedir la mezcla de la política –y las esteladas son un símbolo marcadamente político- en sus acontecimientos deportivos. Al ser una entidad privada, su comité de disciplina actúa de acuerdo con los estatutos de la organización. La estrategia del Barça de trasladar el conflicto de las esteladas al ámbito de la justicia ordinaria es una «provocación» que, a buen seguro, tendrá efectos muy contraproducentes para los intereses de la entidad que preside Josep Maria Bartomeu y que pueden comportar, de entrada, el cierre del Camp Nou.

La campaña para llenar de esteladas el estadio del Barça, a pesar de los perjuicios económicos que esto ocasiona al club, tiene una segunda lectura en clave electoral. La presidencia de Josep Maria Bartomeu –que accedió al cargo después de la dimisión repentina de Sandro Rosell, y que lo revalidó mayoritariamente en las urnas el año pasado- suscita la oposición radical de los núcleos laportistas, identificados con el independentismo, que todavía quedan activos. Exhibiendo esteladas en el Camp Nou saben que están perjudicando las relaciones del presidente con la UEFA y desgastan la imagen de Josep Maria Bartomeu en la perspectiva de las próximas elecciones a la directiva… ¡previstas para dentro de cinco años!

Además, la elección del nuevo presidente de la UEFA, el esloveno Alexander Ceferin, no ayuda para nada al Barça en la defensa que hace de la exhibición de las esteladas en nombre de la «libertad de expresión de un sentimiento» y es de prever que el organismo futbolístico europeo continuará actuando con mano dura contra la reiterada insubordinación de una parte de la afición del club azulgrana. La esperanza era que saliera elegido presidente el holandés Michael van Praag, buen amigo del difunto Johan Cruyff, puesto que podía ser más comprensivo con los argumentos del Barça, pero su candidatura perdió claramente ante la de Alexander Ceferin.

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