¡Vuestros hijos y nietos no os agradecerán nada!

Un recurso fácil para emocionar a la audiencia de un acto político es decir que las ideas que se proponen están concebidas para el bien de los hijos y los nietos de los asistentes. Esta alusión es un clásico de los discursos favorables a la independencia de Cataluña. Las hemos escuchado muchas veces. Recuerdo una de concreta en boca del ahora caído en desgracia política Jordi Turull en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Turull dijo, más o menos textualmente, que no luchaba por la independencia por él sino por los universitarios que le escuchaban. Supongo que los universitarios no independentistas pensaron que por ellos no hacía falta.

No es un recurso exclusivo de los independentistas. Evidentemente. Pocos políticos renuncian a conseguir la lagrimita fácil apelando a las futuras generaciones. Y hay ocasiones en que es verdad. Las futuras generaciones, las que ya están incubándose, se merecen que intentemos crear unas sociedades, un mundo mejor, más justo, más solidario, donde se pueda vivir con dignidad y tranquilidad. Pero esta construcción no pasa por crear o impedir la creación de nuevos estados.

Los hijos y nietos de Jordi Turull, los míos, los universitarios de hoy y los de dentro de unos años agradecerán que sus antecesores se preocupen porque el Planeta no se vaya a pique por el cambio climático, que una minoría privilegiada no se quede con todos los recursos y deje las migajas para el resto de la Humanidad o porque el negocio de las guerras se imponga sobre la convivencia entre personas con los mismos derechos y deberes.

Por contra, sí que es cierta la otra cara del discurso de los que dicen que luchar por la independencia en honor de sus padres o abuelos que la querían y no pudieron verla. Que lo hacen por independentistas que han muerto recientemente como Muriel Casals.

¡Pero cuidado con los hijos y nietos a los que decís servir! Quizás tengan unos ideales y unas preocupaciones diferentes a las vuestras. «¡Toda la vida trabajando para ti y mira cómo me lo pagas!» es una expresión habitual que muchos padres espetan a sus hijos cuando su evolución personal les decepciona. ¡Os podéis encontrar en esa tesitura!

¡A saber si vuestros hijos y nietos en vez de preguntaros dónde estabais el 11S de 2012 os pedirán qué hicisteis para que no se ahogara ningún refugiado en el Mediterráneo!

Si deseáis la independencia o el centralismo defendedlo porque os sale del alma y creéis en ello pero no impliquéis a vuestros hijos y nietos. Reconocedles la libertad que pedís para vosotros.

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