Según publica el DOGC, en el año 2015 la Generalitat hizo dos avales a la empresa pública Circuitos de Cataluña SL por unos importes de 24,4 millones y 25,3 millones de dólares. Estos avales, que sangran todavía más las depauperadas arcas del gobierno catalán, se han destinado a pagar la factura del magnate Bernie Ecclestone para traer el «circo» de la Fórmula 1 al circuito de Montmeló.
El show de las carreras automovilísticas es un negocio redondo que pagan los países que acogen los grandes premios y los derechos de televisión. Por eso, cada vez hay más gobiernos serios que no aceptan las draconianas condiciones económicas que impone Bernie Ecclestone (Formula One Management) y han optado para renunciar a celebrar este acontecimiento.
No es el caso de Cataluña. Además de los 49,7 millones de dólares de los avales, el Ayuntamiento de Barcelona pagaba hasta ahora 4 millones de euros anuales –que Ada Colau ha reducido a la mitad- y la Diputación de Barcelona, otro millón más a la empresa pública Circuitos de Cataluña SL. Antes de dejar el cargo, Artur Mas dejó firmado un contrato con Bernie Ecclestone para que el Gran Premio de España (sic) se continúe celebrando en el circuito de Montmeló (rebautizado como Barcelona-Cataluña) hasta el año 2019.
