Sueldos de miseria, condiciones de vida lamentables, y endeudamiento previo a la contratación; estas son, las principales denuncias que Amnistía Internacional (AI) ha presentado en su informe ‘El lado feo de un juego bonito, explotación en la sede del Mundial de 2022’.
El ONG explica que muchos de los trabajadores extranjeros que están empleados en las obras de construcción del estadio de fútbol Jalifa, de la capital qatarí, tuvieron que pagar en sus países de origen para poder ir a trabajar a Qatar, en el Golfo Pérsico. Ahora, estos trabajadores se encuentran sin pasaporte, puesto que sus empleadores se los han retirado para que no puedan dejar las obras. Esto responde a la Kafala, una ley que impera en Qatar y otros países del Golfo, por la que no se permite a los trabajadores cambiar de trabajo o marchar del país sin el permiso de quienes los han contratado.
Amnistía Internacional critica que la FIFA no ha tomado cartas en el asunto, a pesar de haberse comprometido durante los últimos cinco años en garantizar que los trabajadores que construyan los estadios del próximo Mundial de fútbol estarían amparados en las condiciones sujetas a los Derechos Humanos.
El secretario general de AI, Salil Shetty, ha denunciado que si la FIFA quiere volver a tener una imagen digna, no puede permitir que los estadios donde se celebra su hito deportivo más importante se estén construyendo en condiciones lamentables para los trabajadores. Shetty añade, que los trabajadores sólo piden sus derechos, que pasan por cobrar a tiempo, poder marcharse del país si lo necesitan, y ser tratados con dignidad y respeto.
Las autoridades qataríes, por su parte, afirman que el panorama descrito por Amnistía Internacional es engañoso, a pesar de que asumen que hay aspectos de la vida de los trabajadores extranjeros que se tienen que mejorar.
