Contra la negativa de la CUP a investir a Artur Mas como presidente de la Generalitat había surgido el #pressingCUP y cuando esa negativa se ha convertido, el pasado 3 de enero, la posición definitiva de la formación anticapitalista, se ha desatado la histeria.
Son buena prueba de ello los tuits escritos por el profesor de la Universidad de Barcelona y militante convergente Àlex de Jaureguizar. «Los hijos de puta de la CUP. Malditos sean ellos y todos sus descendientes. De buen rollo. Hiperventilado tranquilo …», decía en uno de ellos. «Ya sabemos quién es el enemigo de la patria catalana. ¡Traidores de la CUP!», señalaba en otro.
Este docente asociado a la UB también ha escrito últimamente que «ni se me dirija nunca un hijo de puta de la CUP», entre otros mensajes contra el partido que tenía la investidura de Mas en sus manos. Asimismo, añadió, en respuesta a Toni Aira: «¿Más humillación quieres, Toni? ¿Dar la razón a todos los cerdos que ahora se ríen? ¿Qué tal si quemamos el Parlamento [catalán] directamente?».
La UB ha reaccionado rechazando por «inaceptables» las expresiones de De Jaureguizar, cuyos tuits son ahora «protegidos» (no accesibles). Según La Vanguardia, esta institución estudia emprender acciones legales contra él.
Excesos como estos y numerosos reproches desde púlpitos políticos y mediáticos, principalmente contra los cupaires, marcan los últimos días en los que todavía es posible formar un nuevo Gobierno esta legislatura. En un último intento, Junts pel Sí y la CUP tienen previsto reunirse este jueves con las entidades soberanistas como mediadoras, si bien ninguna de las dos partes prevé variar sustancialmente lo que ya han planteado.
Cristales rotos
La CUP de Les Borges Blanques, por otra parte, sospecha que el ataque sufrido por el coche de un concejal cupaire en la localidad tiene motivaciones políticas. Durante la madrugada del 5 al 6 de enero, alguien rompió el cristal del vehículo, del que no se sustrajo nada. «Si fuera un ataque con motivaciones políticas, como sospechamos, no estaríamos ante ninguna gamberrada sino de una clara muestra de fascismo y, por ello, muy preocupante», expone la CUP de Les Borges Blanques en un comunicado.
«No tenemos constancia de que nunca antes ningún proceso político haya derivado en actitudes como esta en Les Borges y nos preocupa que pueda haber algún conciudadano capaz de expresar su desacuerdo o descontento políticos de esta manera. Si quien lo ha hecho lo ha hecho por motivos políticos, no es independentista. Venga de donde venga, el fascismo es fascismo y no se puede tolerar ni por nuestra parte ni por ningún borgense, sino que hay que denunciarlo y plantar cara», añaden los cupaires.
