El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, es uno de los políticos con una marca propia mejor perfilada dentro del PP. Se ha desmarcado de la disciplina del partido en relación a temas como las energías renovables y el IVA a la cultura, se ha erigido en uno de los críticos contra la falta de contundencia de los dirigentes de la calle Génova de Madrid contra la corrupción y ha embestido contra Artur Mas, Xavier Trias -«si tens collons, dímelo a la cara» y Catalunya varias veces.
Ahora, en cambio, él se encuentra en el epicentro de un escándalo y no por su iniciativa declarativa, como tantas veces antes: se ha revelado que hacía un uso privado de fondos públicos. Monago viajó 32 veces a Tenerife entre el 3 de mayo de 2009 y el 4 de noviembre de 2010 para visitar a una mujer con quien mantenía una relación, revelan Público y la Cadena SER. Los más de 10.000 euros de gasto los asumía el Senado, cámara que no exige a los senadores especificar los motivos de sus viajes.
La revelación del motivo de la escapada deja en evidencia las versiones que habían aducido el PP y el propio dirigente, que habían justificado los viajes en business con «tareas parlamentarias».
Este viernes, Monago ha comparecido y ha dicho que «cuando he hecho un viaje privado lo he pagado yo de mi bolsillo». También ha asegurado que iba «siempre a trabajar honestamente» y que «sé que muchos tenían ganas a este presidente, lo he podido comprobar, pero el espectáculo ha sido bochornoso».
El presidente extremeño ha dado a entender que se podría haber divulgado este escándalo como represalia por sus exigencias de mano dura contra la corrupción. «No voy a permitir que se hagan acusaciones. Ya me avisaron de que esto iba a pasar y tenía conocimiento. Me dijeron ‘ten mucho cuidado, porque estás removiendo muchas cosas y te van a atacar'», ha declarado. «Yo lo que he hecho es vivir en la carretera, como se me ha pedido», ha explicado. Y no piensa dimitir: «Quien quita o pone presidentes es el pueblo extremeño, no los rompepiernas».