Esta vez no es la UDEF ni la Agencia Tributaria. El Gobierno español tiene en sus manos un informe de Inteligencia que acusa al presidente de la Generalitat, Artur Mas, de haber supervisado directamente el cobro de comisiones «del 4% al 6%» mediante las empresas públicas Gisa, Regsa, Regsega y Ifercat, publica El Confidencial. Estas comisiones se las habría embolsado CDC como recompensa por adjudicaciones de obra pública, señala la misma información. Joan Lluís Quer sería la mano derecha de Mas en esta supuesta actividad corrupta.
Entre las informaciones remitidas a Mariano Rajoy figuraría el documento «lan independentista de CDC», de octubre de 2012, particularmente duro con Mas y Felip Puig (a quien atribuye tareas de espionaje en el Gobierno central). Incluye datos de reuniones entre CDC y empresarios partidarios del proceso soberanista, así como los alias de políticos con cuentas en Andorra, Suiza y Luxemburgo.
Corrupción o guerra sucia
Según el informe, Mas sería el controlador de las comisiones que empresas pagan a CDC para recibir adjudicaciones de obra pública, algo que habrían desvelado algunos empresarios molestos por un incremento continuado de las supuestas comisiones. Sin embargo, los documentos, mostrados por El Confidencial, relatan que dirigentes convergentes pedían cantidades extra para dotar a Catalunya de estructuras de Estado. Gisa, Regsa, Regsega y Ifercat serían instrumentos de recaudación.
Desde el Gobierno catalán se niega categóricamente la veracidad de estos datos, que se atribuyen a una ‘guerra sucia’ del Estado. Los referidos informes también revelan que una cuenta en Luxemburgo de Artur Mas Barnet pasó a su hijo, el presidente de la Generalitat, con un saldo importante que se habría acumulado a base de comisiones cobradas por haber gestionado los intereses de los Pujol en el extranjero.
