El libro «Banca Catalana: más que un banco, más que una crisis» se publicó en 1985. Apareció entre la presentación de la querella de la Fiscalía General del Estado contra Jordi Pujol y una veintena de consejeros de Banca Catalana (en mayo de 1984) y su rechazo por parte de la Audiencia de Barcelona (en noviembre de 1986).
Han pasado casi treinta años y reconstruir aquella época se me hace difícil. La memoria juega malas pasadas. Fallan los nombres y las fechas. Pero si se trata de explicar batallitas, funciona. Y el buscador de Google siempre está cerca para echar una mano.
Los tres autores del libro, claro, no habíamos oído hablar de Google cuando nos pusimos de acuerdo para escribirlo. Éramos jóvenes, bastante inconscientes para hacerlo sin haber apalabrado su publicación con ninguna editorial.
Nos pusimos manos a la obra. Jaume y yo éramos un par de kamikazes. Y Enric González, que en aquella época trabajaba, creo, en la sección de Economía de «El País», era el más joven de los tres pero también el más serio y riguroso. Recuerdo que cuando Jaume y yo queríamos publicar que en Banca Catalana había un «agujero» de no sé cuántos miles de millones de pesetas, él nos corregía y aportaba la expresión correcta desde el punto de vista económico, «déficit patrimonial», «pasivo», o lo que fuera.
Enviamos el original a una de las grandes editoriales de la época – Plaza y Janés- y uno de los trabajadores que los leía hizo una buena valoración. Un 7 o un 8, creo. Dijeron que nos lo publicarían y nos lo pagaron. Nuevo agujero en la memoria. Ni idea de cuánto dinero cobramos. Quizás Jaume o Enric lo tengan en la cabeza.
Algo pasó, sin embargo, que complicó el proceso. Nos dijeron que aquel redactado podía dar lugar a muchas querellas y nos enviaron el original marcado con las acotaciones de lo que había que cambiar. No eran acotaciones. Parecía el paisaje después de una batalla. Prácticamente, se tenía que escribir otro libro.
Era evidente que el texto había llegado a manos de alguien que no quería que se publicara. Pero, claro, una vez pagados los autores, sería un poco extraño. El director gerente de la editorial era (o lo había sido hasta hacía poco) Antoni Comas, entonces concejal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona y persona de confianza de Jordi Pujol (más tarde lo haría consejero de Bienestar Social).
Discutimos entre nosotros si valía la pena ponerse a rehacer el libro o no. Ganamos los posibilistas y participamos en unas reuniones esperpénticas con responsables de la editorial, incluido un abogado de la empresa. Recuerdo especialmente cuando intentaban convencernos de que poner el cargo de una persona junto a su nombre era motivo de querella. Y recuerdo, sobre todo, un arranque de Jaume en una de esas reuniones, que nos dejó a todos patidifusos. Pero eso casi mejor que os lo cuente él.
El libro se publicó bastante retocado y suavizado. Aún así, provocó un revuelo notable. No por interés de la editorial, que no se esforzó lo más mínimo en promocionarlo. Quedamos convencidos de que lo distribuyeron más bien poco e, incluso, que comandos de pujolistas radicales retiraron muchos ejemplares de las librerías.
Todo esto pueden ser imaginaciones mías, claro. Si alguien del otro bando se anima a contar la parte de la historia que conocen, lo agradeceríamos. Ahora ya se pueden explicar las verdades.
¿O tampoco?
