«Las entidades bancarias se guardan el dinero para sanear sus balances y no lo devuelven a la economía real, lo cual ha contribuido a crear mucho paro»

Una de las actividades incluidas en la Semana de la Dignidad fue la cadena humana para defender la banca pública, que se hizo entre la sede de Catalunya Banc en la plaza de la Catedral y la sucursal que Bankia tiene en la plaza Urquinaona. Josemi Monguiló pertenece a la campaña ‘Por una Banca Pública, Ética y Social’.

¿Cuál era el objetivo de vuestra participación en la Semana de la Dignidad?
Queremos vincular los objetivos de la Semana de la Dignidad con la reivindicación de la lucha contra las reprivatizaciones de las cajas nacionalizadas: Catalunya Banc, Bankia y alguna participación a las cajas Liberbank y Mare Nostrum. Creemos que impedir que se reprivaticen estas cajas, que las hemos rescatado con el dinero de todos los contribuyentes, serviría para ayudar en la lucha contra el paro, la pobreza y la desigualdad. Si Catalunya Banc y Bankia no se reprivatizan y se convierten en la base de una futura banca pública, ética y social, servirán para ayudar en muchos ámbitos. Por ejemplo, en el hecho gravísimo de que no hay crédito. Las entidades bancarias se guardan el dinero para sanear sus balances y no lo devuelven a la economía real, lo cual ha contribuido a crear mucho paro. Una banca pública lo haría. Daría dinero a las familias, los autónomos, las pymes…, y ayudaría mucho en la lucha contra el paro.

¿Qué tipo de banca necesitamos para tener una vida digna, sin paro, pobreza y desigualdades?
Hay una serie de sectores, como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la energía, que tienen que ser públicos. Y pensamos que los servicios bancarios también tendrían que ser públicos. Con la crisis que vamos sufriendo desde hace seis años, se ha constatado que la falta de regulación y control público de los bancos es la que lo ha provocado. Al hablar de responsables de la crisis, tenemos que decir que la creó el poder financiero, y después tenemos que repartir las responsabilidades entre los gobiernos, los bancos centrales de cada país, las direcciones de las entidades bancarias y los controladores y auditores de las entidades financieras. Hace falta una banca pública que tenga un control social. Además del control de los gobiernos central, autonómico y municipal, hace falta una participación de los trabajadores de las entidades financieras públicas y de los depositantes, para que se ejercite su control ciudadano efectivo. Tenemos el caso de las cajas de ahorros, que eran entidades semipúblicas que se han hundido porque no ha habido ese control.

En las manifestaciones populares de protesta se ha hecho habitual el lema: «Salvamos las personas, no a los bancos». ¿Por qué se ha optado por salvar los bancos?
Los hechos han sido clarísimos. Todas las ayudas públicas que se han dado han servido para rescatar a los bancos en vez de para ayudar a las personas. Lo más grave que hemos vivido, y todavía vivimos, son los desahucios. Son víctimas y encima pierden la vivienda, cuando a los bancos se les han dado ayudas multimillonarias. Las políticas económicas que han venido desde Europa y las que han aplicado el gobierno de Mariano Rajoy y, en sus últimos años, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero han servido para ayudar a la banca. Se han dedicado unos 170.000 millones al rescate de la banca, bien para recapitalitzar a las entidades, para avalarlas, participando en ellas… ¿Qué se ha hecho para rescatar los ciudadanos amenazados con desahucios? Palos y echarlos de casa. O la misma estafa de las preferentes. Lo que estamos sufriendo es una vergüenza. La deuda de los bancos la han pasado a los ciudadanos y al sector público.

LEE LA ENTREVISTA COMPLETA EN EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA

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