Abertis ha presentado este martes una oferta de compra que podría superar los 4.000 millones de euros por el operador australiano de autopistas Queensland Motorways.
La cifra astronómica, presentada por un consorcio en que participa con un 51% la firma catalana, se explica por el periodo de un mínimo de 40 años de concesión, por unas autopistas por donde circulan diariamente unos 250.000 vehículos.
Si gana el concurso, Abertis extenderá sus autopistas por Francia, Brasil, Chile y Puerto Rico. En España, pero, nadie habla de rescatar las autopistas del grupo, a pesar de que pronto acaba la concesión.
Es improbable que el Gobierno, sin margen fiscal, rescate ninguna autopista de peaje. La estrategia prevista, por ejemplo, para privatizar AENA da a entender que el Ejecutivo está más por el trabajo de obtener fondos que no de pagarlos.
Si el Gobierno quisiera rescatar la AP-7 entre Tarragona y Girona tendría que pagar unos 1.500 millones. Cuando prolongaron la concesión, hasta el 2021 a cambio de ampliar un tercer carril, se firmó que al final de la misma se liquidaría el contrato de reequilibrio financiero en el cual el Gobierno tendría que compensar a Abertis en caso de que hubiera un descenso de tránsito. Y así fue el año pasado.
