Este mes de agosto no será tranquilo para los trabajadores de Catalunya Banc (antes Caixa Catalunya y Catalunya Caixa). Su máximo accionista, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ha anunciado que, sí o sí, piensa privatizar la entidad nacionalizada el próximo mes de octubre. Pero antes tiene que proceder a hacer un salvaje recorte de su plantilla de trabajadores, escudándose en las instrucciones recibidas desde Bruselas.
Esta es la prioridad del nuevo presidente de Catalunya Banc, José Carlos Pla, designado por el FROB el pasado mes de mayo y que ha llegado a las dependencias de la plaza de la Catedral, sede central de la entidad, como un killer. Prácticamente la mitad de la plantilla de trabajadores será despedida.
El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado la semana pasada por Catalunya Banc afectará a 2.500 trabajadores de los 6.700 que actualmente están en nómina. Así mismo, se procederá a la venta o al cierre de una parte muy importante (entre el 30 y el 40%) de su red de 1.163 oficinas.
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