Los exdiputados de Ciudadanos Juan Carlos Girauta, Carina Mejías y Miguel Garaulet han roto el carné del partido por la decisión de la nueva dirección, liderada por Inés Arrimadas, de ayudar al gobierno español a prorrogar el estado de alarma.
Este movimiento, conocido en las últimas horas, también ha generado una ruidosa reacción contraria de muchos opinadores de la derecha española, que contrasta con el silencio de figuras históricas de la formación naranja.
Su anterior líder, Albert Rivera, no se ha pronunciado este miércoles sobre la cuestión en Twitter, donde no escribe nada desde el 3 de mayo. Tampoco los dos diputados que lo acompañaron cuando Cs consiguió sus primeros tres representantes en el Parlamento de Cataluña hace 14 años, José Domingo y Antonio Robles, han comentado nada sobre la decisión, que Arrimadas ha defendido en sede parlamentaria. Tanto Robles como Domingo, que ahora preside la entidad Impulso Ciudadano, dejaron Cs hace más de una década por el pacto en las europeas con Libertas. La opinión de José Manuel Villegas tampoco ha sonado.
En cambio, el eurodiputado Jordi Cañas ha retuiteado dos mensajes con los que Arrimadas y Cs han justificado la decisión y destacan que "logramos que el gobierno acepte nuestras condiciones", en referencia a los ERTE, los autónomos, el compromiso para consensuar el fin del estado de alarma y una reunión entre el ejecutivo y el partido naranja para acordar medidas contra la crisis del coronavirus.
Otras figuras mediáticas del partido en activo, como el también eurodiputado Luis Garicano y el diputado en las Cortes Valencianas Toni Cantó, así como el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, han defendido que la línea marcada por Arrimadas es "útil" y demuestra sentido de Estado. Francisco Igea, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, también ha apoyado Arrimadas, quién lo derrotó en las primarias por el liderazgo del partido, pero considera que Cs se ha instalado en una dinámica autodestructiva,
