El presidente, Carles Puigdemont, ha querido recordar los «100 días de Gobierno en el exilio». Desde Lovaina, en Bélgica, donde llegó el 30 de octubre, el candidato a la investidura ha advertido que el problema no sólo no se ha resuelto, sino que se ha agravado.
Ha denunciado la «connivencia» entre los diversos poderes del Estado, que quieren resolver el problema «desde el Código Penal», no desde la política. «Y el problema se ha agravado».
En atención a los medios desde la ciudad flamenca, Carles Puigdemont ha sostenido que están en Bélgica para denunciar una situación que «atenta gravemente contra los derechos humanos y los derechos civiles y políticos en el Estado español».
En este sentido, ha denunciado la interlocutoria con que el juez Pablo Llarena ha denegado nuevamente la libertad a Jordi Sànchez, un texto que «hace ruboritzar a los expertos en derecho y las personas comprometidas con la democracia».
«Es especialmente doloroso ver como todavía hay quién justifica la prisión preventiva con la que se está reteniendo a gente decente, de paz, demócrata y honesta», ha lamentado.
Ha defendido que, a pesar de que las elecciones del 21-D fueron convocadas por Mariano Rajoy con el 155, y contaron con las «garantías» del Estado, «la voluntad del pueblo catalán continúa siendo firme en una dirección que el mundo ha leído». Este anhelo, ha dicho, es el de «decidir su propio futuro con las herramientas de la democracia, desde el diálogo y el reconocimiento del otro».
En la Grande Place de Lovaina, como cada martes, se ha interpretado ‘El cant dels ocells’, de Pau Casals. Esta vez, con motivo de los 100 días, ha contado con la presencia del presidente Carles Puigdemont y los consejeros Toni Comín, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Lluís Puig.
