Cataluña vive bajo la amenaza del amianto oculto

El peligro está en la manipulación de las placas y en el envejecimiento de los materiales que liberan fibras cancerígenas
Retirada de amianto de un edificio

Se calcula que hay más de 4 millones de toneladas de amianto repartidas por Cataluña, el 75% del cual procede de la extinta empresa Uralita. Cubiertas, bajantes, trasteros … Son miles las construcciones y estructuras de amianto que todavía hay en Cataluña y en especial en Barcelona. Un peligro que respiran los ciudadanos y que también sufren los más pequeños, puesto que muchas escuelas de Cataluña, alrededor de 300 según los datos de la Generalitat, todavía mantienen estructuras de amianto.

Lo que era un runrún entre los padres se disparó el pasado noviembre en la escuela 9 Graons, en el distrito del Eixample de Barcelona, cuando un grupo de estos padres se organizó para llevar a los niños a jugar a un parque cercano para evitar que estuvieran en el patio de la escuela, donde muy cerca hay un tejado de amianto, por miedo a tener un contacto demasiado prolongado con este material. Miguel Moreno, miembro de la comisión medioambiental de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (Favb) y extrabajador de la antigua empresa de ingeniería constructora Macosa, afirma que "amianto hay incluso en las escuelas. Era un material muy barato y se construyó a chorros".

Miguel Moreno explica que "la Generalitat dice 300, pero creemos que hay más de 600 colegios en Cataluña con amianto en sus estructuras. Está reconocido que el asbesto (variedad impura del amianto) saca fibras cancerígenas por manipulación pero también por el envejecimiento del material". El amianto tiene una vida útil de unos 30 años, pasado este tiempo el cemento que lo mantiene unido se degrada liberando fibras cancerígenas que pasan al aire. Moreno lamenta que "esto está reconocido, pero ¿qué están haciendo los políticos? Nada. Se han obstinado con el tema del censo de las estructuras de amianto, cuando es inviable de la manera que lo plantean".

El censo es una iniciativa del ayuntamiento de Barcelona que quiere controlar todas las estructuras con amianto en la ciudad. Una iniciativa que quieren extender en el Gobierno de la Generalitat para poder saber cuando asbesto hay en toda Cataluña. Se calcula que hay 4 millones de toneladas de amianto en el territorio y que más del 30% está oculto, es decir, se han puesto otros materiales encima.

El extrabajador de Macosa dice que "para hacer un censo primero se tiene que hacer un protocolo de identificación del amianto y formar técnicos que puedan identificarlo", añadiendo que "no se podrá hacer en seis meses como se ha comprometido el Ayuntamiento. Se sacaron de la manga que lo harían con el Google, pero es imposible ver el amianto oculto. Si tienes pintando o puesto cemento en un bajante, ¿cómo lo sabrás desde un satélite?".

A pesar de que se ha reconocido su potencial cancerigeno, el amianto está rodeado de opacidad. Ni las administraciones, ni las empresas que han usado este material son del todo claras en la gravedad de la exposición a la asbesto. Miguel Moreno declara con rotundidad que "para medir la contaminación se está usando un microscopio óptico que sólo saca el 20% de las partículas, mientras que en Europa usan un electrónico que es capaz de ver el 100% de las fibras. Juegan con nuestra salud".

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