Araujo pasa de héroe e intocable a ser carne de traspaso para Laporta y Xavi

La mejora de contrato prometida quedó en suspenso al conocerse el interés del Bayern, que no pagará los 100 millones con los que se especula, y el futbolista ya contempla su marcha, decepcionado por la reacción del presidente y del técnico

Ronald Araujo

El torbellino de los despropósitos en que se ha convertido el Barça de Joan Laporta ha metido de lleno a Ronald Araujo en el centro de una encrucijada tan perjudicial para el club como para el jugador. Cuando menos, se trata de una situación incómoda por culpa, una vez más, de la improvisación con la que actúa Laporta y, sobre todo, dominada por la precaria economía azulgrana que obliga a formalizar traspasos que alivien la tesorería y el margen salarial azulgrana antes del 30 de junio próximo.

El caso de Araujo, pilar de la defensa y jugador franquicia del nuevo proyecto -cuya imagen e historia personal fue la referencia icónica de la presentación reciente de un documental del club, de la serie Origens, posteriormente convertido en la pieza estrella de Barça One, la nueva televisión azulgrana-, resulta paradigmático sobre este estado de confusión y contradicción. Hace unas semanas era una pieza intocable, intransferible y tan clave que desde hace meses tiene sobre la mesa una propuesta de renovación y ampliación de contrato y de sus condiciones. También, claro está, una contrapropuesta de sus agentes que Laporta ha ido desatendiendo porque no puede seguir firmando compromisos que no caben en el actual margen salarial con LaLiga, de 207 millones.

Dicho de otro modo, mientras Araujo está sujeto a su actual contrato está dentro de la plantilla. En el momento que se incremente su ficha, por el contrario, pasará a ser un jugador no inscribible por el bajo límite de Laporta. En este tránsito de las negociaciones han coincidido dos circunstancias que, al final, además de congelar el buen rollo inicial y la cercanía de un acuerdo, han alejado a las partes y enfriado las relaciones. Por un lado, la oferta del Bayern Múnich para convertirlo en el nuevo kaiser de la defensa bávara y, por otro, el gasto aparentemente realizado por el club en Vítor Roque que contradice y pone en duda que Laporta y Deco tengan de verdad el empeño de apuntalar la continuidad de Araujo.

No ha mejorado las cosas que el defensa uruguayo fuera el gran protagonista del partido que acabó con la eliminación el Barça en Champions y mucho menos que un compañero suyo, Gundogan, pusiera de relieve el doble fallo en la jugada, provocando la caída del delantero del PSG, sin considerar el perjuicio que podía causar al equipo, y sin evaluar que el balón se lo había adelantado demasiado y eso habría facilitado la intervención de Ter Stegen para conjurarlo.

Araujo se ha sentido, desde entonces, algo desamparado por la junta, por el cuerpo técnico y, lógicamente, algo descolocado, pues la misma prensa laportista que lo calificaba de intransferible una semana antes, ahora desliza que Araujo podría ser uno de los sacrificados en las ventas preveraniegas debido a su baja amortización y elevada valoración en el mercado. En apenas este lapso, el propio entorno del jugador ha cambiado el discurso sobre su futuro, que antes solo pasaba por seguir vestido de azulgrana y ahora está abierto a escuchar ofertas y contemplar otras opciones, especialmente la de irse al Bayern la próxima temporada. Que finalmente la junta haya decidido la continuidad de Xavi una temporada más no parece alterar al actual estado de cosas.

Otra vía de agua, futbolística y mediática, que amenaza con protagonizar un verdadero culebrón y al mismo tiempo, acabar de enredar la propia actualidad barcelonista, ya de por sí cada día más surrealista. El propio aparato de comunicación del club es capaz de filtrar la posibilidad de fichar a Bernardo Silva del City, jugador con una cláusula de salida de 50 millones, y admitir, simultáneamente, que le urge traspasar a Araujo y, probablemente, a algún futbolista destacado más para hacer las paces con LaLiga. O sea, para cubrir el impago de Barça Studios, que ya se va a los 100 millones el 15 de junio próximo. Una bipolaridad que se explica por la necesidad de mantener un relato de ilusión y de optimismo de cara a la próxima temporada con la llegada de refuerzos que, al mismo tiempo, contempla la necesidad del sacrificio de determinadas piezas.

Finalmente, el factor Cubarsí ha venido a influir poderosamente en esta jugada de ajedrez, ya que Laporta y Deco consideran que el canterano ya es hoy una pieza más importante que Araujo en la línea central, lo que convierte al uruguayo en un elemento prescindible de la zaga y, también de forma contradictoria, provoca una pérdida de valor de mercado del jugador, por el que el Bayern no pagará ni mucho menos las cifras que se barajan, por encima de los 100 millones. El conjunto alemán solo está dispuesto a jugarse poco más de 60 millones, 70 a lo sumo, sabiendo además que Laporta necesita ingresos antes del 30 de junio indefectiblemente. Si Laporta no logra resolver el agujero de Barça Studios, no tendrá otro remedio que aceptar la oferta por Araujo, por debajo de su verdadero valor.

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