El exministro de Universidades, Manuel Castells, ha anunciado en un artículo en La Vanguardia que el próximo 12 de mayo votará a Salvador Illa y ha defendido un tripartito de izquierdas. A pesar de que fue propuesto por Ada Colau para ser ministro y le ha apoyado en las últimas campañas, ha argumentado que estas elecciones «van de construir una coalición entre socialistas, comunes y republicanos de izquierda». «Esta es la base política de la Cataluña del futuro. Y la realidad política indica que Salvador Illa es el único que puede articularla. Por votos y por temperamento», ha dicho Castells, que durante la lucha contra la covid observó, dice, «su dedicación, su honestidad y sus decisiones siempre basadas en análisis y recomendaciones de los científicos».
Castells ha indicado que él no vota a políticos, sino a «personas que sean políticos y en las que confíe». «Y por eso voto a Illa, porque he estado con él en las trincheras de la lucha contra la covid», ha señalado. El exministro ha explicado que también pasaron muchas horas hablando de Cataluña y del mundo. «Es un hombre de paz. Es un hombre tranquilo y tolerante, que se enfrenta impávido al insulto y suscita serenidad con su sola presencia, por algo es filósofo, y luego actúa», ha remarcado.
En este sentido, aunque fue propuesto por Colau para ser ministro y dice que ha sido la mejor alcaldesa desde Pasqual Maragall, ha apuntado que estas elecciones «van de otra cosa». En su opinión, es el momento de un tripartito de izquierdas que «poco tiene que ver con el anterior». Según él, «esta opción sería en realidad la versión política del bloque histórico que transformará Cataluña».
Castells ha apostado por un proyecto y una persona que puedan llevar a los ciudadanos «por el camino del reencuentro entre catalanes, estableciendo las bases para una Cataluña que cuide a su gente y se proyecte al mundo como un faro de innovación y civilización, una referencia en las aguas turbulentas en las que se ha entrado».
«Háblenme de salud, de educación, de cultura, de vivienda, del territorio, de ecología, de derechos animales, de jubilación, de empleo, de salarios, de seguridad, de igualdad entre mujeres y hombres, del respeto a cualquier identidad de género que cada uno decida, de ciudadanos catalanes, españoles y extranjeros, conviviendo en una sociedad multicultural como la nuestra», ha pedido el exministro. Ha añadido que hay que luchar por obtener los recursos necesarios, «con o contra quien sea, el gobierno español, la Comisión Europea, grandes empresas, todos aquellos que se apropian desproporcionadamente del producto del trabajo».
Esto, opina, debe ir acompañado del «máximo autogobierno» para lograr y consolidar todo esto, «sin enredarse en banderas excluyentes, respetándolas todas si lo merecen». «Sin mirar atrás en nuestra historia de sangre y sin contar fábulas a los jóvenes, evitando que se agoten en la búsqueda de una fórmula mágica que tiene poco que ver con lo que quieren y sueñan. Ninguna bandera salva del impulso al suicidio. Más bien, acaba en suicidio colectivo», ha concluido.
