Menos procesiones y más cultura de izquierdas

Las mentes pensantes de nuestras televisiones y medios de comunicación públicos y privados parecen no haberse enterado de que España es un país laico y nos han vuelto a bombardear estos días con mil y una procesiones cristianas y películas de Jesucristo y de romanos.

Un clásico de estas semanas santas que nos hacen tragar a los ciudadanos que no creemos en manantiales de ningún color –como yo- o que confiesan otras religiones es “Espartaco”. La escena final de la larguísima película de Stantley Kubrick nos muestra una carretera flanqueada por personas crucificadas. También nos ofrece combates a muerte entre esclavos para entretenimiento de los cabecillas romanos y la población en general. Eran tradiciones de la época. Afortunadamente estas tradiciones ya no están vigentes y no se organizan peleas a muertes entre personas ni se crucifica a nadie. La pena de muerte todavía está tristemente vigente en demasiados países. Llegará un día en que también decaerá esta tradición salvaje.

Estos días nos hemos hartado de ver en nuestras televisiones -TV3 y TVE incluidas- como paseaban la imagen de un hombre clavado en una cruz en procesiones de toda España, incluida Cataluña. Una imagen gore que asusta a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Tampoco han faltado las retransmisiones de misas diversas y comparecencias del Papa en el Vaticano, cuando su salud se lo ha permitido.

Cuando te quejas de este exhibicionismo religioso -al que se apuntan políticos de todo el espectro político junto a militares y curas- te dicen que no es exactamente una cuestión de fe cristiana sino de tradición popular. Al igual que las peleas a muerte de los gladiadores.

¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que nos dejen en paz con ese exhibicionismo que tan feliz hace a la gente de derechas y al que se apuntan los gobernantes de izquierdas, o aspirantes a serlo, para no perder los votos de quienes participan con entusiasmo en estas procesiones y shows?

No hace falta ser un brillante analista para ver que estas celebraciones de Semana Santa fidelizan las ideas conservadoras y religiosas de mucha gente. La izquierda debería ser valiente y criticar su existencia.

En Catalunya ocurre lo mismo cuando con la excusa de celebrar actos tradicionales nos cuelan esteladas y exaltaciones independentistas en la Patum de Berga o en cualquier correfoc, encuentro casteller o actuación de una coral.

Hay tradiciones que debemos superar, dejar atrás. En Andalucía ya tienen la Feria de Abril. Podrían hacerla durar unos días más y dejar las procesiones para los legionarios y los cristianos. En Cataluña podríamos guardar las esteladas en casa cuando vamos a una manifestación por Palestina o participamos en una carrera popular.

A los cristianos lo que es de los cristianos y a los catalanes lo que es de los catalanes. Al César lo que es del César. César era uno de los que crucificaba a gente que no le gustaba y presidía combates a muerte entre legionarios en los circos romanos. Todo esto al cubo de la basura de la historia y en las fiestas populares potenciemos los valores de izquierdas, la libertad, la igualdad, la fraternidad, el conocimiento científico y no las supersticiones y los fanatismos. Si perdemos algunos votos, ¡qué le vamos a hacer! Igual ganamos otros.

Y a la Semana Santa la podríamos denominar la Semana de Vacaciones de Primavera. Rebautizarla no, que eso también suena a cosas de religión.

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