El viernes por la noche el bloqueo se ha suavizado en varias cárceles catalanas, lo que ha aliviado la tensión entre los internos y el personal penitenciario. La posibilidad de cortar los contactos familiares durante el fin de semana ha influido en esta decisión, ya que podría haber aumentado la tensión en las cárceles y haber puesto en riesgo la seguridad de los trabajadores.
Desde el viernes por la mañana, los reclusos de seis centros penitenciarios, incluido Mas d’Enric en El Catllar, han sido confinados en sus celdas debido a la falta de personal para garantizar la seguridad y el funcionamiento normal de las instalaciones. La medida de seguridad se ha implementado el viernes por la mañana tras el bloqueo de los accesos a las prisiones, lo que ha dejado al personal de la mañana fuera del recinto. A medida que pasaban las horas, la falta de personal complicaba aún más la situación, impidiendo incluso servicios básicos como la apertura de celdas para permitir la movilidad de los reclusos dentro de sus módulos.
La falta de coordinación con el Departamento de Justicia se ha hecho evidente con la cancelación de reuniones entre sindicatos y la consellera Gemma Ubasart. La situación se ha vuelto más tensa cuando se ha exigido la renuncia de Ubasart y del secretario de Medidas Penitenciarias para iniciar un diálogo y resolver el bloqueo.
A pesar de que las reuniones entre el Departamento y los sindicatos han continuado en segundo plano, el riesgo de disturbios en las cárceles bloqueadas ha llevado a una reflexión entre los funcionarios, quienes han decidido levantar las barreras este viernes por la noche. Sin embargo, sigue la protesta por la muerte de Núria López, que era cocinera de Mas d’Enric, y algunos sindicatos han anunciado más acciones.
