El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha abierto una pieza separada para decidir si aparta Al presidente del tribunal, Jesús María Barrientos, en el juicio por desobediencia contra el diputado de ERC Josep Maria Jové, el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, y la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, por los preparativos del 1-O. Jové solicitó la recusación de Barrientos al considerar que habría podido incurrir en «una pérdida de imparcialidad objetiva» por haber criticado la tramitación de la ley de amnistía.
«Una ley que privilegia a unos pocos ante el conjunto de la ciudadanía nunca podrá ser esgrimida como elemento de pacificación, sino de discordia», afirmó el presidente del TSJC el pasado 26 de febrero, en el acto de jura o promesa de la 44 promoción de nuevos jueces. Estas palabras, a parecer de la defensa de Jové, afectan «de forma clara y manifiesta a la debida imparcialidad predicable» del tribunal y suscitan una «duda razonable» sobre la existencia de «prejuicios» por parte de Barrientos.
El magistrado del TSJC ya fue apartado de la causa contra la Mesa del Parlamento catalán que presidía Roger Torrent por dudas sobre su imparcialidad, y en 2022 el Tribunal Supremo ordenó al TSJC repetir el juicio a los miembros de la Mesa que presidía Carme Forcadell porque Barrientos y el juez Carlos Ramos vulneraron el principio de imparcialidad.
