Poco falta para que así sea. Desde que el juez Santiago Pedraz abrió el juicio oral contra el clan de los Pujol han pasado 963 días. Otros 37 días sin que se sienten en el banquillo el ex-presidente de la Generalitat Jordi Pujol y sus siete hijos y se habrá batido un récord histórico como es que pasen 1000 días desde la apertura de un juicio oral sin que éste celebre su primera sesión.
Pedraz procedió a abrir el juicio oral contra el expresidente, sus hijos y otras once personas por asociación ilícita, blanqueo de capitales, delito continuado de falsificación de documento mercantil y delitos contra la Hacienda pública el 16 de junio de 2021, tras recibir los escritos de acusación de la Fiscalía, la Abogacía del Estado, Podemos y Grand Tibidabo. Decidió dejar a todos los investigados en libertad provisional con la obligación de comparecer en el juzgado siempre que se les reclamara. Además, dio una semana de plazo para que las defensas de los acusados presentaran sus escritos definitivos.
Pero el juicio oral no acaba de empezar nunca. Las defensas van presentando recursos de todo tipo y el juez los acepta. Llevamos más de un año perdido porque las defensas dicen que no funciona bien el sistema de subir a Internet algunos documentos incluidos en el juicio y que hay partes de algunos que deberían eliminarse porque consideran que no tienen que ver con él. En términos técnicos le llaman “expurgo”. Expurgando expurgando van pasando los días. El 31 de octubre, el juez Pedraz dijo que ya se había expurgado lo suficiente y que había que empezar la fase oral del juicio de una vez. Las defensas recorrieron su decisión, claro está. ¡Y ahí estamos!
El 12 de marzo hará mil días que debería haber empezado el juicio oral al clan Pujol. El 20 de marzo llegará la primavera. Seguramente lo hará antes de que Jordi Pujol y los suyos se sienten en el banquillo de los acusados.
