El Barça acredita ante el juez otra chapuza de Laporta en el caso Negreira

Las cajas de la rueda de prensa tardaron un mes en aparecer, contenían solo los informes del hijo, Javier Negreira, e información confidencial que solo podía haber salido de la cúpula del Colegio de Árbitros

Joan Laporta

Uno de los rasgos dominantes del caso Negreira, por lo que afecta a los pasos de la defensa desde el club, es el de la continua chapuza y el descontrol, empezando porque fue el propio club el que, además de cortar de golpe los pagos provocando la prosaica reacción de José María Enríquez Negreira en forma de burofax, intentó beneficiarse de un tratamiento fiscal de aquellas facturas, lo cual atrajo el interés de Hacienda por la naturaleza de ese trasiego de pagos a un árbitro con cargo en el Colegio de Árbitros. Hoy se conocen más detalles de esta larga lista de negligencias y de torpezas que la Fiscalía Anticorrupción, el Real Madrid y el resto de los clubs a través de LaLiga han aprovechado para tejer una trama que quiere presentarse ante la opinión pública como la punta del iceberg de una corrupción sistemática en el fútbol español y como un caso de cohecho que ha llamado poderosamente la atención de la UEFA, aunque por ahora el Barça haya conseguido retrasar una posible sanción.

Ya se comentó en su momento que Joan Laporta había mentido sin ruborizarse cuando, en su día, compareció ante la prensa junto a una serie de cajas en las que, según afirmó, estaban los informes de Negreira desde su época menos los que habían sido borrados en el transcurso de la destrucción regular de documentos administrativos antiguos. Gracias a que ya se ha levantado el secreto de sumario, se ha podido confirmar que, en efecto, las cajas no contenían ninguno de los informes de Enríquez Negreira, sino de su hijo, Javier Enríquez, en su totalidad realizados, entregados y cobrados siendo presidente Josep Maria Bartomeu.

Lo que consta en el escrito de respuesta a requerimiento del juez Joaquín Aguirre es que, según la versión del FC Barcelona, el material estaba en posesión de Carles Naval, delegado del primer equipo, y que no se detectó su presencia hasta un mes después de la solicitud del juzgado. Se le señala como el que no se dio cuenta del archivo de esos dosieres en alguna de las áreas de la Ciudad Deportiva Joan Gamper.

El informe interno encargado por Laporta al bufete del abogado Andreu van den Eynde, íntegramente escrito en catalán, relata cómo Naval enseñó al abogado cuatro cajas de documentación que contenían informes en papel y CD y que fueron entregadas en custodia al compliance del club antes de ser remitidas al juzgado.

Fuentes periodísticas que ha tenido acceso al sumario han detallado el inventario realizado por el FC Barcelona que habla de cuatro cajas más un portafolios. La caja 1 se correspondía con informes técnicos arbitrales y de partidos con y sin observaciones técnicas. En total, 376. Sobre la caja 2 detalla la existencia de 20 sobres, cada uno de ellos con varios informes y CD además de anotaciones manuscritas. Lo mismo para la caja 3 con sobres numerados del 21 al 47, en total 171 informes y 40 CD. En la última caja se entregó un archivador con documentos ordenados alfabéticamente por los apellidos de los árbitros y datos estadísticos con 100 informes. Y, finalmente, en el portafolios, cuatro documentos, un desplegable de estadística del Barça correspondiente a la temporada 2017/18 y un anexo con el visionado de los partidos con análisis arbitral, otro desplegable de estadística del Real Madrid en la misma temporada, también con un resumen de los encuentros de este equipo y su correspondiente examen arbitral. El tercer dosier contenía una comparativa de penaltis y tarjetas entre el FC Barcelona, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, y el cuarto documento era sobre la Copa del Rey 2017/18, relativo a errores arbitrales.

En definitiva, lo que Laporta dijo mostrar como el material atribuido a Enríquez Negreira en realidad era enteramente de su hijo, conteniendo también información de carácter confidencial, según la Guardia Civil, procedente de fuentes reservadas de dentro del Comité Técnico de Árbitros, en concreto sobre represalias contra un árbitro asistente tras un clásico, el típico neverazo de castigo por alguna decisión que había disgustado a la cúpula arbitral.

La historia de los pagos a Negreira, por más que resulte del todo imposible relacionarlos con un favoritísimo hacia el Barça demostrable -ni siquiera sospechoso- sobre el terreno de juego, no deja de ser negligente desde cualquier el punto de vista.

Según se ha confirmado, bien ante la Guardia Civil o en sede judicial, la due dilligence de 2010 advirtió a la directiva de Sandro Rosell en su momento sobre la cuantía de las facturas, llamativa, y la inexistencia de un contrato que amparase esa relación, así como del contenido de los informes y de su paradero. Como en la época de Laporta y más tarde con Bartomeu, al principio todo el mundo miró hacia otro lado porque se consideraba una operativa implícita e inalterable de ese submundo complejo de la conexión azulgrana con el estamento arbitral. Cuando explotó el caso, además de tardar semanas en reaccionar, Laporta dio en su día las peores y menos convincentes explicaciones, al mismo tiempo que algunos de los entrenadores del primer equipo como Ernesto Valverde y Tata Martino manifestaron no haber tenido constancia de dichos informes.

En el desarrollo procesal, por otra parte, Laporta ha pretendido presentar al Barça como parte perjudicada para hacer recaer cualquier responsabilidad penal en las figuras de Rosell y de Bartomeu, maniobra de la que casi sale escaldado, pues el juez reaccionó llamándole la atención por su conducta, recordándole que si él no consta como investigado solo es por la prescripción legal del delito y hasta intenta incluirlo, basándose en el delito de cohecho, aunque la Fiscalía se opone.

Está claro, más allá de las pruebas que puedan demostrar, o no, el intento de influir en la competición de algún modo, que desde el bando azulgrana no existe una coherencia en la estrategia de la defensa, mientras el signo de los arbitrajes sigue siendo tan escandalosamente madridista e inmune como lo ha sido desde el inicio de los tiempos.

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1 comentario en «El Barça acredita ante el juez otra chapuza de Laporta en el caso Negreira»

  1. Los arbitrajes siguen siendo madridistas??? Una afirmación amparada en los mismos datos que Laporta en su defensa, osea, ninguno. Los arbitrajes con estadísticas en la mano, llevan 30 años perjudicando al Madrid. La estadística no engaña, como los catalanes tampoco engañan ya a nadie.

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