Un amigo suizo de Josep Luís Alay subvencionó el Tsunami

Las transferencias las hizo a una cuenta controlado por Jaume Cabaní, el contable de Puigdemont

El eurodiputado de Junts y expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la intervención en el debate con Pedro Sánchez en Estrasburgo (Parlamento Europeo)

Cherchez l’argent. El rastro del dinero descubre a los autores. Esto es lo que pasa con Tsunami Democràtic, la plataforma clandestina controlada por las cúpulas de JxCat y ERC. Las pistas llevan hasta el mismo Carles Puigdemont y su chalé de la calle de la Avocat de Waterloo.

El 14 de octubre del 2019, cuando Tsunami dio la orden de asaltar el aeropuerto del Prat a los pelotones de activistas ávidos de disturbios, el italosuizo Nicola Foglia se ponía en contacto con Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Puigdemont. Le dijo que disponía de “bastante dinero” en un banco catalán y que podía financiar la entrega de comida y agua a los manifestantes que ocuparon el aeropuerto. Foglia es un adinerado hombre de negocios italosuizo con una mansión en los Alpes suizos, donde exhibe esqueletos de animales o piezas tribales africanas y asiáticas.

Después de recibir el mensaje, Alay le dijo a Foglia que lo tenía que consultar y, a las dos horas, se puso en contacto con él remitiéndole el IBAN y Swift de una cuenta corriendo donde tenía que ingresar el dinero: 6.000 francos suizos, de los cuales 5.000 eran suyos y 1.000 más de su hermano. En realidad, Alay le dijo que podía transferir el dinero directamente a una cuenta de Tsunami. Pero lo más curioso es que la cuenta del banco CIM Banque Privée SA estaba a nombre de Jaume Cabaní Massip, contable de Puigdemont y quien había diseñado el mecanismo de recaudación del Consell de la República. Esto permite al juez Manuel García-Castellón deducir que “una de las fuentes de los recursos de Tsunami Democràtic era una cuenta en Suiza a nombre de Jaume Cabaní”.

Foglia es un amigo de Alay, nacido el 16 de marzo del 1973 en Lugano, propietario de un hotel a Saint-Moritz “donde pone la estelada”, y también “comprometido con la causa catalana de siempre” y expresidente de la Juventud Socialista, segundos él mismo le explicó a Alay. Además, había estado vicedirector del Banca della Svizzera Italiana (BSI), una entidad del Ticino disuelta por las autoridades suizas por blanqueo de capitales de un fondo malayo. Sus intereses se extienden por una intrincada red de empresas y fundaciones, como la Fondazione UBI Swiss, Mainconceot AG, Sirisia SA, Swisscanto Fondsleitung AG, ZKB Silver ETF Fund, Zuecher Kantonalbank Financio Ltd (situado en la isla de Guernsey) o el Zürcher Kantonalbank de Zúric. También era el presidente del Hotel Calipso, liquidado el 2018.

Una cena íntima

Los tentáculos de Foglia con las autoridades suizas son muy sólidos, hasta el punto que Alay le dio su teléfono al empresario ruso Aleksandr Dmitrenko como medida de seguridad para que le llamara en el supuesto de que tuviera problemas en la frontera al entrar en Suiza (en aquel momento había la posibilidad que fuera obligatorio hacerse una PCR). “Dice que no controlan la frontera de Italia con Suiza, pero si quieres ir sobre seguro, conecta con él. Me ha dicho que te dé su número”, advertía Alay a Dmitrenko. Al día siguiente, le recuerda: “En Nicola te cubrirá. Ya me ha dicho que lo tenéis hablado. Buen viaje y me tienes informado que todo vaya bien! Sabe que te tiene que proteger”. Y al día siguiente, le reiteraba: “Me mantienes informado y tengas el número de teléfono del Nicola a punto”. “Espero utilizarlo si hace falta un comodín”, le responde Dmitrenko. “Ya lo sabes. No lo dudes”, añadía Alay.

Fue Alay quién introdujo el mecenas de Tsunami en el círculo más próximo a Puigdemont. Tanto es así que en septiembre del 2019 ya le avisó que había hablado de él al expresidente: “Ahora, hablando con el presidente. Él también piensa que la opción cena íntima es la mejor”, le transmite Alay, y Foglia le contesta: “Lo he leído. Suerte y un querido saludo al presidente!”.

El 18 de octubre de aquel año, cuatro días después de ofrecer los 6.000 francos suizos para sufragar gastos de Tsunami, Foglia se puso en contacto otra vez con Alay para hacer una consulta sobre un contacto de la organización clandestina. El objeto era hacer una entrevista en el diario italiano La Repubblica. El italosuizo quería saber “si Jaume u otro podrían estar disponibles para esto”. El mensaje que se quería transmitir era “el carácter pacífico del movimiento en un gran medio”. La alusión a “Jaume”, según los investigadores, hace pensar en Cabaní, a quién Foglia ya conocía por haberle enviado el dinero a su cuenta. Alay le contestó esta vez que lo pediría, “pero creo que los servicios secretos españoles lo están vigilando [a Jaume Cabaní] y no sabe si querrán”. Nicola le ofrece hacerse cargo de los gastos del viaje a Suiza y que garantizarían el anonimato de la fuente.

Cabaní, por su parte, utilizaba el sobrenombre de Kanabo a la organización. Junto a seis activistas más, integró el grupo llamado Minicampanya Donatius, un chat destinado a recaudar fondo. Este grupo era el que llevaba las finanzas de Tsunami Democràtic. El dinero recaudado y los donativos que llegaban se utilizaron para sufragar los gastos “del equipo internacional de informáticos”, los “abogados” y gastos relacionados con los actos protagonizados por Tsunami, como “el caso denominado 9-N (jornada de reflexión del 9 de noviembre del 2019) o los gastos de la infraestructura para llevar a cabo el bloqueo de la frontera España-Francia en la Jonquera, a la AP7”.

Esto significa que fue la cúpula independentista y, en concreto, Waterloo, quién hizo posible cortar el AP7 y el boicot de la jornada de reflexión de las generales de noviembre del 2019, vulnerando la ley electoral. El dinero llegaban y se repartían a través de la plataforma Stripe. Otro grupo en el cual participaba Cabaní era Idees Pecuniàries, formado por cuatro miembros. En la cocina de la recaudación también hay el empresario Oriol Soler, alias Rigoberta y Rigoberta2.

La recaudación del grupo, al parecer, fue de más de 143.000 euros. Los responsables de los grupos reclamaban los donativos a través de tarjetas o en bitcoins, para dificultar el rastreo.

De este relato hay que deducir que el círculo más íntimo y personal de Puigdemont estaba en el núcleo de Tsunami Democràtic. Se sospecha también que el entonces presidente Quim Torra se reunió con Foglia en una comida el 26 de noviembre del 2019, de 12.30 a 14.30 horas, cuando Tsunami Democràtic se encontraba en plena efervescencia y sus acciones despertaban la admiración del independentismo. En aquel momento, Barcelona ya había quemado por los cuatro costados y se preparaba al boicot al partido entre el Barça y el Real Madrid del 17 de diciembre, durante el cual se pretendía hacer una acción reivindicativa de propaganda que diera la vuelta en el mundo. La comida aparece a la agenda de Alay, junto a la anotación “Canonges”. “Lo cual, con mucha probabilidad, se refiere a la Casa dels Canonges, dependencia oficial de la Generalitat de Cataluña y residencia oficial del presidente de la Generalitat, en aquel momento Quim Torra, comida que se habría podido producir en agradecimiento a su presunta colaboración”.

Según el juez, “la posición del señor Puigdemont en la organización Tsunami Democràtic sería la ejecutiva y de liderazgo; su posición de dominio en las acciones ejecutadas por la organización se infiere de la ascendencia que el expresidente de la Generalitat tenía sobre los otros participantes investigados”. A raíz de la confiscación de la agenda de Alay, se supo que fue a Ginebra los días 29 al 31 de agosto del 2019 a la reunión de planificación de Tsunami. A esta reunión, asistieron representantes de la ANC y de Òmnium, así como Marta Rovira (ERC), Anna Gabriel (CUP) y Arnaldo Otegi (Bildu). También asistió Marta Vilalta, y fue esta la que cometió una indiscreción y habló en un momento dado con Alay del “grupo de coordinación de la campaña Tsunami Democràtic” y que las decisiones y las dudas “son consultadas al expresidente Puigdemont a través del mismo Alay”.

Analizando las pistas encontradas, se supo que, el 28 de agosto, Puigdemont se reunió durante cuatro horas con Marta Rovira y con Arnaldo Otegi para preparar la reunión de todo el independentismo.

En los informes policiales, se sitúa Puigdemont “en el vértice más alto de la organización Tsunami Democrático. Su posición como expresidente y líder desde Bruselas del independentismo le atribuye una posición de autoridad incuestionable. Existen indicios que permiten inferir su participación en el nacimiento y la planificación de las acciones de Tsunami”. En este nacimiento se sitúa también Òmnium Cultural, que informa directamente Puigdemont.

El misil de García-Castellón

La decisión de enviar el caso al Supremo para que investigue Puigdemont ha provocado un recurso de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que si bien en julio pasado veía delito de terrorismo en las acciones de Tsunami, ahora no ve ningún delito. El fiscal Miguel Ángel Carballo considera que no existen indicios contra Puigdemont. Por su parte, Oriol Soler ha intentado llevar la causa a los juzgados de Barcelona. Y Josep Lluís Alay intentó apartar García-Castellón del procedimiento, un ardid en el cual los independentistas son especialistas. Todas las maniobras para cerrar el caso o dilatar el procedimiento, para dar tiempo que pueda aprobarse la ley de amnistía, han fallado hasta el momento.

El independentismo, ahora, libra la madre de todas las batallas al Tribunal Supremo: el acta razonado del juez instructor del caso Tsunami Democrático, Manuel García-Castellón, para que sea el Supremo el que se encargue de la investigación de la implicación de Carles Puigdemont es un misil a la línea de flotación de la estrategia independentista. García-Castellón ha dado la oportunidad a Puigdemont y al diputado en el Parlament Ruben Wagensberg, de ERC, de comparecer voluntariamente ante el tribunal para ser encausados. Puigdemont no comparecerá. Espera que antes de que pueda ser encausado por estos hechos le afecte una ley de amnistía que fue redactada a su medida y con el único propósito de liberarlo de las acusaciones de terrorismo.

*Puedes leer el artículo entero al n.º 1557 de la edición en papel de El Triangle

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