Laporta coloca a otro de la ‘familia’ al frente de las Barça Academy

La dirección de las escuelas, vacante en el interín de la inaugurada por el presidente en Kirguizistán, ha recaído ahora en la expareja de la hija de Manana Giorgazde, jefa de gabinete, sin ninguna experiencia en ese ámbito

Joan Laporta, amb Sadyr Zhaparov, president del Kirguizstan

Hay días en los que la actualidad azulgrana parece una broma de mal gusto. La semana en la que se han destapado las prácticas esclavistas de Limak y, por tanto, del Barça de Joan Laporta, que no ha velado como es debido por evitar una situación que cualquier jefe gabinete o de comunicación podía haber previsto con bastantes meses de anticipación, la junta la ha rematado con otra noticia de esas surrealistas que no por previsibles dejan de asombrar tanto internamente como en el exterior. Un bombazo, si no fuera porque la gestapo laportista se ha visto en la obligación de apretar todas las tuercas del aparato para evitar la acumulación de escándalos. La última del camarote de Laporta ha sido el nombramiento de Benny Megreli como nuevo director de las Barça Academy, cargo que antes había defendido Carlos Martín durante varios años y al que había accedido después de haber acumulado una amplia experiencia como promotor de proyectos de formación en el ámbito del fútbol, dos años como coordinador internacional de las FCBEscola y también de la FCBEscola de Singapore & Asia Pacific.

Su sustituto, por el contrario, presenta un currículum bastante alejado de ese campo, ya que Megreli proviene del terreno comercial e inmobiliario. Eso sí, lleva dos años formando parte del gabinete de presidencia del FC Barcelona a las órdenes de Manana Giorgazde, alistado por su relación de pareja con la hija de Manana, Paloma Mikadze, que primero entró para ayudar en las redes sociales de presidencia y posteriormente fue ascendida a su propio proyecto dentro del club como jefa de Barça Identity, una forma de evitar un conflicto de protagonismo con la directora de la Barça Fundació. En el corto ascenso de esa meteórica carrera azulgrana, Paloma tuvo tiempo de enchufar a Benny Megreli, más conocido como el yerno de la jefa de gabinete y también para romper ese vínculo de noviazgo con Paloma Mikadze, lo que no ha impedido que Laporta lo haya elegido para un cargo destacado del club.

Las Barça Academy, antes FCBEscola, nacieron como una estrategia de expansión comercial a base de abrir escuelas de formación para niños y niñas en territorios de todo el mundo donde la enseñanza de la metodología del fútbol azulgrana, con el sello único de la Masía, podía generar el doble efecto de integración de la marca y al mismo tiempo producir beneficios. Con mayor o menor éxito, han ido tejiendo una red de centros que han favorecido y contribuido al crecimiento comercial y digital gracias, por supuesto, al impacto mundial de los títulos del mejor Barça de todos los tiempos y el carisma internacional de Messi y de tan extraordinarios jugadores como Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué o Busquets, todos de la casa.

Los méritos de Benny Megreli, más allá de haber actuado como enlace del gabinete de presidencia con protocolo y de haber apoyado algunas acciones de branding en el área de patrocinio, está claro que, como susurran los empleados por los pasillos del club, radican en que sus padrinos siguen estando en la primera línea del núcleo duro del presidente, nada menos que su pareja y la madre de esta -al menos inicialmente-, que le abrieron paso hace dos años tras ganar las elecciones. Otra variante del nepotismo dominante instalado en la cúpula de la administración y de la gestión del club con la llegada de Laporta.

Más que un estilo propio, con este despliegue vergonzoso de cuñados, hermanos, primos y amiguetes de los amiguetes bajo el sello excusatorio de conducir el Barça con el cariño y la dedicación de una empresa familiar, la solución de Laporta solo es el resultado de haberse ido cargando una a una las piezas originales de la otra estructura, la profesional, integrada por los mejores ejecutivos posibles para cada uno de los puestos de responsabilidad. Laporta ha acabado por prescindir de cualquiera que, bajo su criterio, experiencia y conocimiento, velaba prioritariamente por los intereses del club y no por los del presidente, a menudo opuestos.

Baste el ejemplo del Espai Barça, al principio bajo el mando directo de un hombre de confianza del CEO Ferran Reverter. Miembros de la comisión directiva con el propio titular a la cabeza, Jordi Llauradó, que salió corriendo en cuando Laporta optó por Limak, y otros altos cargos fueron desfilando dejando desocupada la propia cúspide de la pirámide y la ejecución en manos de Joan Sentelles, hombre de confianza de Laporta para Uzbekistán y el Reus. El conflicto de los trabajadores que ya ha explotado solo es la primera de muchas consecuencias y el reflejo del régimen dictatorial laportista.

En el ámbito de las Barça Academy, un nicho comercial secundario, recientemente se produjo una circunstancia tan sospechosa como que el propio Laporta acudió a inaugurar una en Jalal-Abad, Kirguizistán, acompañado del propio presidente del país, Sadyr Zhaparov, y el presidente de Jalgroup Asia, Aibek Alybaev, destacado colaboracionista y beneficiario del régimen autoritario de Zhaparov. La prensa especializada calificó el acto como una forma de blanquear políticas aparentemente alineadas con la voluntad de la población, contraria a la invasión rusa, pero que esconden la excelente relación e intereses del multimillonario Aibek Alybaev con el entorno de Vladimir Putin y con el propio presidente ruso. Lo sorprendente fue que Laporta, en la primera Barça Academy que un presidente el Barça inaugura expresamente, viajó desatendiendo otras obligaciones como acompañar al equipo femenino a la gala y sorteo de la UEFA, donde el equipo concentró todos los premios y Aitana Bonmatí fue elegida la mejor jugadora de la temporada. Esa semana, el presidente también debía cerrar el agujero de Libero para poder inscribir jugadores antes del cierre del mercado. Lo arregló a la vuelta, deprisa y corriendo, con un aval debido al reiterado impago de una parte de la venta de Barça Studios. La sombra de los negocios privados de Laporta con Uzbekistán de su anterior mandato, extremadamente ligados al abuso de su cargo como presidente del Barça, se ha extendido de nuevo en su regreso, esta vez con un menor exhibicionismo. Igualmente, necesitaba, como el resto de las cabeceras de las áreas del club que el responsable de las Barça Academy mirara hacia otro lado o, como fue el caso, no lo hubiera. Con la llegada de Benny Megreli se asegura la máxima protección y discreción.

Las otras dos noticias inherentes a este régimen laportista, cada vez más despojado de cualquier vestigio de transparencia, respeto y proximidad a los socios, son, por un lado, la suspensión indefinida de las sesiones informativas con esos mismos socios sobre el Espai Barça, inevitablemente asociada al escándalo de los abusos laborales de los trabajadores, y, por otro la suspensión también del partido de homenaje a Johan Cruyff de la Agrupació de Jugadors que «se reagenda para programarlo en el 125 aniversario del Club». Una nota del club explicaba que «a los aficionados y aficionadas que han adquirido la entrada se les efectuará el reembolso por los canales habituales». En realidad, apenas se habían vendido entradas para esta iniciativa por la sencilla razón, pese a la cabezonería de esta junta y de la anterior de Josep Maria Bartomeu, también temerosa del lobby cruyffista, que la afición azulgrana, por más que lo recuerde con cariño, nunca ha sido un personaje tan popular y cercano como parece. Y además, tras la marcha de Jordi Cruyff, es posible que las relaciones con la familia, más allá del convenio con su Fundación, se haya despegado un poco de Laporta.

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