La Generalitat de Catalunya ha decretado la entrada en fase de preemergencia en los 202 municipios del sistema Ter-Llobregat, entre ellos la ciudad de Barcelona y su área metropolitana y Girona. El cambio de fase implica una reducción de la dotación máxima de agua por habitante y día, que pasará de 230 a 210 litros. El resto de restricciones se mantienen al igual que en fase de excepcionalidad, exceptuando la dotación de agua permitida para el riego de superficies de césped destinadas al deporte federado, que pasa de 450 a 200 m³ por hectárea al mes. Ante la situación de sequía, el ejecutivo hizo un llamamiento a «forzar» el ahorro de agua para alejar la fase de emergencia, que implicaría restricciones que afectarían al consumo doméstico.
La entrada en fase de preemergencia afectará a cerca de 6 millones de personas, 202 municipios y 14 comarcas. En concreto, las unidades de explotación afectadas son embalse del Ter, embalse del Llobregat, y embalse del Ter-Llobregat, con municipios del Alt Penedès, Anoia, Bages, Baix Empordà, Baix Llobregat, Barcelonès , el Berguedà, el Garraf, el Gironès, el Maresme, la Selva, el Solsonès, el Vallès Occidental, y el Vallès Oriental.
El consejero de Acción Climática, David Mascort, ha señalado durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Ejecutivo que el objetivo de la entrada en fase de preemergencia es hacer un llamamiento a incrementar el ahorro de agua antes de llegar al umbral de emergencia, es decir, con los embalses de las cuencas internas en un 16% de su capacidad. Por ahora, se encuentran en un 18,5%. «El momento es muy crítico, estamos ante una emergencia nacional», ha afirmado Mascort. «Lo que hacemos hoy es avanzarnos, haciendo un llamamiento a todo el país, ciudadanía y todas las actividades económicas del país, para que nos ponemos todos en modo emergencia», ha subrayado.
La entrada en vigor de esta nueva fase, previa a la fase de emergencia y que no está prevista en el Plan Especial de Sequía del Gobierno, es una reacción a la carencia de lluvias persistente que sufre el territorio. Según indicó el Meteocat la semana pasada, Catalunya vive la sequía más grave jamás registrada: la magnitud de los déficits de precipitación, la extensión de las zonas afectadas y la duración del fenómeno hacen que se supere el precedente más extremo, la sequía de los años 2005-2008.
El resto de restricciones se mantienen al igual que en el escenario de excepcionalidad. Por tanto, se mantiene la reducción del 40% del agua para usos agrícolas, la reducción del 15% para usos industriales, la reducción del agua para usos lúdicos (15% en usos asimilables y 50% en riego ) y la prohibición del riego de zonas verdes, públicas y privadas. Se mantiene también la prohibición de limpiar con agua potable calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas y similares, sean públicos o particulares. En el caso de limpieza de vehículos, el uso del agua queda limitado a la limpieza en establecimientos comerciales dedicados a esta actividad. Y, finalmente, también está prohibido rellenar total o parcialmente las fuentes ornamentales, lagos artificiales y otros elementos de uso estético del agua.
