«La economía no puede considerarse una ciencia exacta»

Entrevista a Yago Álvarez Barba

En su blog Economista cabreado, empezó a escribir sobre economía, desde una perspectiva social y anticapitalista. Fundó, junto a un grupo de activistas, Salmón contracorriente. También colabora, como analista de actualidad económica, en diversos medios de comunicación. Editó una guía de auditorías de deuda municipal. Ahora publica Pescar el salmón. Bulos, narrativas y poder en la prensa económica (Capitán Swing).

Esto de “pescar el salmón”, más bien propio de Noruega o Escocia, adquiere en tu libro, claro, un significado propio…

Salmón es, en este caso, sinónimo de prensa económica, por este color que tiene. Iniciativa del Financial Times, hace 150 años, que fueron imitando los medios de prensa económica. Una de las intenciones del libro no es que dejemos de leer esta prensa sino, al contrario, que nos enfrentemos a ella, con herramientas para defendernos de la manipulación y detectar sus engaños. Lo de pescar el salmón va en ese sentido. Las mentiras de los pescadores al hablar de sus capturas constituyen un tópico universal.

Hablas en tu libro del halo incuestionable que rodea al periodismo económico ¿No es trasladable tal cosa a la propia economía, que tiende a presentarse como una ciencia exacta?

La economía está dotada de un aura de pura ciencia cuando, en realidad, es muy subjetiva, digamos. En economía hay tantas variables como personas en el mundo. Cada momento histórico, cada instante de la sociedad, puede cambiar totalmente el curso de la economía. La economía no puede considerarse una ciencia exacta porque está totalmente atravesada por la ideología. En esa batalla ideológica, hubo momentos, como el de Keynes, en los que todavía se debatía, pero a partir de los años 70-80 del pasado siglo. Con Margaret Thatcher-Ronald Reagan, se impone el discurso único. Para dar la batalla neo-liberal, no sólo en lo económico, sino en lo político y cultural, se apoderan de la narrativa y, al final, como decía Thatcher, «There is no alternative -TINA-, “No hay alternativa.” Todo se reduce a sus postulados. Ahí es cuando la prensa económica se convierte en una sola cosa con la economía, con la lectura económica dominante, prácticamente.

¿Prensa económica, como correa de transmisión de lo que se cuece en la economía?

Sí, desde luego, con la particularidad de que, en las últimas dos décadas, los fondos de inversión y los bancos se han apoderado de los medios de comunicación. Así, ya no son solo las correas de transmisión sino parte del motor. Están en manos de quienes quieren incrustar en la opinión pública esos dogmas neoliberales. Uno de los casos paradigmáticos de instrumentalización de la opinión, que comento en el libro, fue la narrativa que se impuso hace unos años de que la austeridad era el único camino. En realidad, se trataba de justificar el sacar dinero de la economía, lo cual significaba que más gente se fuera al paro, hubiera menos consumo, y que la economía cayera aún más. Un think tank, un banco o un gobierno no pueden hacer esto por sí solos. Necesitan de las correas de transmisión, de los medios económicos, trabajando para ellos. 

Desde los grandes mantras, como el de lo privado frente a público, hasta inventos tan de moda como el de lo público-privado, se van nutriendo en la prensa económica con la lluvia fina de noticias, comentarios, predicciones…, orientadas a, en fin, vendernos la burra…

El andamiaje neoliberal se va construyendo así y se nos presenta como las únicas ideas posibles. Algo que no solo se nos vende de manera proactiva, digamos, sino que va acompañado de la persecución a los que intentan salir del redil. Si tú hablas de un banco público vas a ser tratado como un loco, un bolivariano, hereje y comunista.  Es la batalla cultural, con una maquinaria muy bien engrasada, que nos mete en la cabeza que los impuestos son siempre malos, etc. Y el que no comparte esto es arrojado a las tinieblas…

¿El fenómeno salmón es universal o específico de algunas aguas?

La prensa económica es global y comparte los mismos principios y formas de actuar. Hay muy pocos medios que se salen de la ortodoxia. Además, claro, si eres un medio, digamos, anticapitalista, no puedes aspirar a disponer de publicidad. Con lo cual, te dejan en una desventaja de salida total, ante los grupos que tienen todo el dinero que quieren a su disposición. Si parece que las grandes cabeceras, como el Financial Times, aunque tengan un corte liberal, actúan de manera aparentemente más independiente de los intereses empresariales específicos. Sin embargo, los españoles están mucho más pegados al poder de las compañías. Los grandes medios  globales se pueden permitir el lujo de hablar mal de algunas firmas. Aquí no suelen hacerlo por miedo a perder anunciantes. También influye el poder de los suscriptores, algo que están potenciando los grandes medios. Cuando dependes más de estos que de los anuncios puedes disponer de mayor libertad. 

¿Además del salmón, propiamente dicho, la prensa económica blanca de los diarios también forma parte de la procesión?

Cuando hablo de grandes grupos, como El Mundo, al final hablo de Expansión, que es su periódico económico. Las secciones de economía casi nunca ponen en cuestión los mantras neoliberales, sino que siguen la corriente. Comparten también de algún modo un lenguaje, una jerga propia, que los diferencia y contribuyen a mantener el mito del experto, del entendido. Algo que, si para los iniciados en la economía resulta dificultoso, se vuelve casi imposible para el común de los mortales. Como decía Juan Torres, al que cito en el libro, los economistas son como aquellos curas que hablaban en latín. Nadie les entendía, pero se creía que traerían la salvación.

¿Cómo ocurre con la información en general, las agencias de información económica juegan un papel significativo en la difusión de mensajes interesados?

Pascual Serrano ha escrito mucho sobre las agencias, que funcionan como difusores y filtros de noticias. En el momento en que se desarrolla la prensa online y los medios empiezan a perder dinero, una de las figuras de las que primero se prescinde es la de los corresponsales. Dejan de tener un periodista en Wall Street enviando noticias. Echan mano de las agencias y estas se convierten en un tamiz muy poderoso. Las noticias económicas que no mueven Bloomberg y compañía, es como si no existieran. Si quieren que algo no se sepa algo en el mundo o lo contrario está en sus manos. 

¿Crees, como dice el economista francés Remy Herrera en su libro Dinero que los medios de comunicación son un factor crítico en el funcionamiento de la maquinaria capitalista?

Por supuesto. Los medios no solo son una correa de transmisión ideológica y de opinión, sino que ahora forman parte de esos grupos económicos. Como ellos, los medios se dedican a ganar dinero y, si hace falta, contribuir a tumbar gobiernos. Son actores principales. Para ello, recurren a estrategias en ocasiones altamente sofisticadas, como es la de la sobreinformación, que consiste en bombardear informativamente, dando noticias con detalles irrelevantes, con la intención de que los árboles no dejen ver el bosque. Cada subida o bajada del precio de las acciones de una empresa, cada movimiento es fuente de noticias y opinión. Cuando no estamos seguros de que nos estén contando la verdad o, todo lo contrario, se acuda a otras fuentes. Pero, claro, eso es muy complicado para la gente. También proliferan los bulos en la prensa económica. Cito varias veces en el libro a Libre mercado, el medio económico de Jiménez Losantos, que está basado directamente en el bulo, en la mentira. En cualquier caso, habitualmente se recurre a técnicas de información más depuradas, como maquillar las noticias, virar el enfoque, jugar con las cifras… En resumen, lo que hacen generalmente los medios de comunicación es generar narrativas, crear relatos envolventes…

La corrupción en la prensa económica es un viejo tópico ¿Alcanza también, de modo generalizado, a los propios periodistas?

Están los comprados, los que no tienen más remedio que hablar de y como sus medios quieren… Hay de todo, como en la Viña del Señor. Una fórmula muy utilizada es la de agasajar: «ven a visitar nuestras instalaciones….» También facilitar información, algo muy preciado para quien se ve presionado por la inmediatez, la producción de contenidos… No faltan tampoco los regalos, los viajes…

¿Y así, hasta el final de los siglos?

Creo que hay que tratar de entender la economía porque participar en ella es hacerlo en la política. Entender los relatos, los intereses ocultos…, nos empodera como ciudadanos, nos ayuda a participar en la vida social. Los cambios vendrán de una ciudadanía concienciada. 

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