¿Por qué la UEFA advierte a Laporta que la Superliga le puede salir muy cara?

Joan Laporta

Desde que Joan Laporta ha vuelto a la presidencia del FC Barcelona y Pere Lluís Mellado ha sido nuevamente nombrado responsable del área jurídica, los reveses legales se acumulan a la puerta de su despacho. Esta misma semana el club ha sido multado con medio millón por la UEFA debido a la presentación irregular de las cuentas de 2022, en otro intento por cuadrarlas para hacer creer al organismo europeo que su fair play financiero está dentro de los parámetros.

La sanción, impuesta por Cámara de Apelaciones del Órgano de Control Financiero de los Clubes de la UEFA (CFCB) es la ratificación de la decisión en primera instancia de la Sala Primera del CFCB adoptada el 13 de julio de 2023 por declarar de forma errónea sus beneficios por la enajenación de activos intangibles en el ejercicio 2022.

Dicho de otro modo, por el mal uso de las palancas en el cierre del ejercicio 2021-22, deficitario a causa de una minoración de los ingresos y un aumento de los gastos, esa es una constante del laportismo en cualquier circunstancia y época. La UEFA, a diferencia de LaLiga, que le dio por buena la partida de 230 millones por la venta del 10% de los derechos de televisión en el último momento del cierre de ese ejercicio, considera que esa ‘enajenación de activos intangibles (distintos de las transferencias de jugadores)’ no constituye un ingreso relevante según la normativa.

Para la UEFA eso es doping financiero, el misms truco barato de los clubs-estado como el PSG., el City y alguno más de la Premier, que generan ingreso más que cuestionables por patrocinios a la carta y pagados por empresas que a menudo forman parte de holding empresarial de los propietarios.

En el Barça de Laporta se trata de avanzar ingresos de futuro, en este caso a restar de los derechos de TV de la Liga durante 25 años, de manera que en la práctica es un empobrecimiento, una reducción de los recursos y un lastre que, además es susceptible de ser castigado por la UEFA, que lo considera una mala praxis, no tanto por el movimiento contable, que autorizaría si el beneficio se hubiera destinado a mejoras el balance restando deuda, como por haberlo dedicado íntegramente a ampliar falsamente su margen salarial real para poder fichar.

No cuesta imaginar, en el caso de que la Superliga produjera un ingreso de cientos de millones en las caja del Barça, que la UEFA reaccionaría, además de con multas elevadísimas, con castigos mucho más severos. Probablemente sea un aviso. La UEFA también puede jugar en cualquier momento la carta del caso Negreira. Cuidado.

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