Los ayuntamientos catalanes avanzan en igualdad gracias al primer sello de certificación

Forgender Seal promueve un distintivo que fomenta un proceso de mejora continua y da pistas para implementar políticas con perspectiva de género al mundo local

Forgender Seal va celebrar el III Fòrum a La Ciba, de Santa Coloma de Gramenet, un espai feminista de referència al país

Las políticas de igualdad se pueden certificar igual que las empresas certifican sus estándares de calidad o sus procesos de producción. Esto es lo que ya han hecho 50 municipios catalanes a través del Distintivo por la Igualdad de género, elaborado por la asociación Forgender Seal. Es el primer sello de calificación que reconoce y promueve las acciones de los gobiernos locales para mejorar su eficacia, eficiencia y calidad en la implementación de la perspectiva de género en la gobernanza municipal.

La certificación, denominada SG CITY 50-50, nació hace cinco años, de la mano de Marta Macias Quesada y su equipo, y actualmente ya han implementado el distintivo además de 60 ayuntamientos de Cataluña, València y las Islas Baleares, además de dos gobiernos locales de Argentina.

Además de certificar gobiernos locales, la asociación también quiere avanzar en el campo educativo y, por este motivo, crearon hace tres años, en colaboración con la Plataforma Unitaria contra las Violencias Machistas, el índice Violeta para centros educativos. Cerca de 70 escuelas de Cataluña y Galicia ya disponen del reconocimiento Camino a Violeta o directamente el distintivo violeta del ámbito educativo. Es una nueva herramienta para incorporar la coeducación en los centros y gestionar la violencia machista dentro de su ámbito.

En declaraciones a EL TRIANGLE, la presidenta de Forgender Seal, Marta Macias Quesada, expone que los ayuntamientos que acuerdan implementar el Distintivo SG CITY 50-50 inician el camino de la certificación haciendo una “autodiagnosis”. “Este es un valor importante del distintivo, porque el formulario inicial consta de muchos indicadores que permiten analizar como se está trabajando desde el Ayuntamiento; qué acciones con perspectiva de género se están haciendo; y se toma conciencia del trabajo realizado en este campo, que, a veces, no se era consciente que se estaba realizando”. Quizás la concejalía de deportes estaba implementando políticas de impulso de clubes deportivos o de liderazgo femenino a las juntas directivas, y había que valorar esta tarea.

Además del análisis del trabajo hecho hasta el momento, el distintivo también permite ver que no se está haciendo y qué acciones habría que poner en marcha con perspectiva de género. Fruto de la certificación, el equipo de trabajo municipal puede detectar cuáles son las barreras técnicas, conceptuales o económicas que no han permitido avanzar en este campo.

Según afirma Marta Macias, “uno de los grandes escollos para avanzar es la formación en igualdad. No se considera bastante importante, y al final es voluntaria. Falta una formación más generalizada de como aplicar la perspectiva de género en cualquier proyecto de ámbito público”. “Hombres y mujeres somos diferentes y hay que tener una mirada de género para combatir estereotipos o discriminaciones de género”, indica la presidenta de la asociación Forgender Seal.

Se puede dar el caso que se estén invirtiendo mucho dinero público en una determinada equipación, y cuando se analiza a qué público van dirigidas estas políticas se vea un fuerte sesgo de género que no estaba contemplado o no era deseado. Cuando se elaboran presupuestos con perspectiva de género, el consistorio dispone de una herramienta que permite detectar estas desigualdades en el conjunto de la acción de la administración local.

Para Marta Macias, los ayuntamientos ven a través del trabajo de la certificación que “sus equipaciones se hicieron hace 20 años y cuando se desarrollaron no se tuvo mirada de género. Por lo tanto, cuestiones como la accesibilidad, la movilidad de las mujeres u otros aspectos no se tuvieron en cuenta, y ahora disponen de una herramienta para hacer una revisión e incorporar la mirada de género”. En el campo de la cultura, la autodiagnosis también permite ver si la programación cultural contempla la contratación paritaria de grupos musicales a las fiestas locales, o hay un sesgo hacia grupos formados únicamente por hombres.

Entre los ayuntamientos que tienen el distintivo más desarrollado hay Sant Boi de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Hospitalet, Cornellà, Tarragona o Lleida, entre otros. El de Barcelona, pero, no dispone de este distintivo, por ahora. La voluntad de Forgender Seal es implementar la certificación a más consistorios del resto de España.

Según la presidenta de la asociación, “la certificación es un libro de pistas; es un proceso de mejora continua clarísimo y, si se quiere avanzar en igualdad, da muchas pistas de cómo poderlo hacer. Ayuda a repensar lo que se ha hecho, visibilizar lo que se hace, reconoce el trabajo y es una herramienta más para mejorar en perspectiva de género”.

En el III Foro Municipios Certificados, celebrado en Santa Coloma de Gramenet el 24 de octubre pasado, se evidenciaron los retos todavía existentes en nuestra sociedad sobre esta temática. En una tabla de expertas para avanzar en las políticas públicas, se abordaron carencias importantes en la gestión integral de las violencias machistas, dado que no hay bastante recursos en la administración de justicia para atender de forma adecuada y con celeridad las mujeres que sufren violencia machista ni tampoco suficiente recursos residenciales para que puedan marchar de un hogar inseguro.

La desigualdad salarial existente entre mujeres y hombres también fue motivo de debate y de análisis. Se pidió a las empresas que cumplan con la obligación legal de publicar su registro retributivo, que permite detectar si hay desigualdades salariales por sexo por grupos profesionales o puestos de trabajo. Según una directiva europea que está trabajando el Parlamento Europeo, la brecha salarial se tendrá que reducir hasta el 5% en los próximos años, y se prevé aplicar sanciones en caso de incumplimiento.

En el campo de la salud, la perspectiva de género también está pendiente, dado que hay enfermedades que tienen una sintomatología diferente en hombres y mujeres y, en cambio, los profesionales siempre se han formado y ejercido de acuerdo con el patrón masculino.

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