Una vez más, el vicepresidente económico del FC Barcelona, Eduard Romeu, ha cumplido con su única misión en las dos vertientes que le corresponden: una es centrifugar la economía del club a un formato cada vez más especulativo y de fantasía financiera; la otra es salir a explicarlo de forma embustera y embaucadora mediante un relato que le resulta cómodo de defender y que incluso parece creíble, ante un auditorio periodístico completamente analfabeto en cuestión de números. Romeu, claro está, no se atreve a enfrentarse a medios especializados ni a debatir con los pocos socios conscientes de las salvajadas cometidas por su presidente, Joan Laporta, que a él le toca envolver en cuentos chinos.
Fue el vice, ex ejecutivo de las energéticas a quien han echado de Audax por lo mismo, por hacer demasiados malabares, a quien le tocó falsear ante la opinión pública el acuerdo de financiación del Espai Barça, demostrada y radicalmente distinta a la realidad, pues ni el interés está por de debajo del 6%, sino por encima, y los 1.500 millones concedidos se invertirán íntegros en el Camp Nou y no en el Espai Barça comprometido por la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM). Lo único cierto de su versión fue admitir que la amortización pactada es del todo inasumible.
Ahora, ante una asamblea que será telemática porque así la podrá controlar la junta al cien por cien, a Eduard Romeu le ha tocado normalizar una barbaridad de la que se hablará durante años, el ingreso de 208 millones extras como resultado de una valoración unilateral de Barça Studios de 408 millones, 200 millones de los cuales (49%) se han vendido a cuatro socios que por ahora sólo han pagado 40 millones. El razonamiento es, como ha admitido Romeu, “pura ingeniería financiera: si el 49% valía 200 millones, el 51% de al sociedad vale 208 millones. Esa es la cantidad que nos hemos dado como ingreso”.
Y se ha quedado tan pancho. La operación ha supuesto aumentar a 808 millones los ingresos por palancas del ejercicio cerrado 2022-2023, casi la cifra prevista en el presupuesto de la 2023-2024, que será de 859 millones. La primera reflexión, escalofriante, deriva de un cálculo muy simple: si los ingresos totales han sido de 1.259 millones y de ellos 808 millones son producto de las palancas, los ingresos ordinarios serían de 451 millones. A la pregunta sobre dónde ha ido a parar tanto dinero no existe respuesta con los datos de la memoria ni desde luego se encuentra en el discurso de Romeu, también delirante.
La segunda se centra en la propia naturaleza de ese ingreso artificial procedente de Barça Studios, un área de la actividad del club ruinosa según admite el propio Romeu: “A diferencia de otras áreas de negocio, es una sociedad que no da ingresos -dice- y también es distinta de otras operaciones, que son dolorosas, como la de los derechos de televisión. Incluso la parte más conocida, la televisión del club, generaba pérdidas. Queríamos dar un impulso a este negocio para que nos diera ingresos en el futuro, esta era la finalidad. Hicimos una valoración, basada en perspectivas futuras si le dábamos más contenido, de hasta dónde podíamos llegar», ha explicado Romeu.
«Junto con otros criterios, complejos para nosotros como el metaverso o los NFT’s, se hizo una valoración de 400 millones por unos consultores independientes. Tras la aprobación, vendemos el 49% y obtenemos beneficios de 200 millones, una parte de los cuales se han percibido y otra está pendiente, según un calendario. Hasta ahí la palanca que se solicitó. Aparte, hay una operación contable: si has vendido la mitad del producto por 200, significa que tu mitad vale otros 200, en este caso 208 por el 51%. Por tanto, siguiendo las recomendaciones del auditor, eso lo generamos como un ingreso extraordinario en la cuenta de explotación”, ha añadido Romeu.
Dicho de otro modo, Laporta y Romeu han estado de acuerdo, también sorprendentemente el auditor, en creerse que si se le atribuyen a Barça Studios los beneficios futuros por la explotación de activos y producciones virtuales que hoy aún no dan un euro, como tampoco las audiovisuales, la compañía podría llegar a tener un valor de 408 millones. No sólo se han convencido ellos mismos, también Grant Thornton, el auditor que, por su parte, ya ha puesto en duda, a la vista de la cruda realidad, el principio de empresa en funcionamiento, además de subrayar la incidencia excesiva y abusiva de esos trucos financieros para cuadrar los desajustes de una gestión ordinaria gravemente deficitaria.
Llegar al extremo de inventarse un ingreso de 208 millones sobre el valor de una sociedad tan quebrada que ni los propios propietarios creen en su desarrollo no es, en sí mismo, tan grave como el grado de desesperación que representa. Las cuentas formuladas transpiran esa urgencia y necesidad de evitar el debate, la incomodidad de las preguntas y entrar en detalle sobre las macro cifras de las palancas comparadas con el minimalismo de los ingresos y de los propios beneficios, de 303 millones, 500 millones menos del neto extra obtenido por la venta de activos como el 15% de los derechos de televisión por 400 millones y esos 408 millones de Barça Studios contablemente registrados. Por la misma simplificación del análisis, más allá del impacto de incidencias financieras antes de impuestos, las pérdidas ordinarias se estiman en algo más de 300 millones.
La junta de Laporta tampoco está por la labor de dar muchas explicaciones al brutal aumento en el gasto, de 100 millones hasta esa cifra récord de 1.165 millones. Según Romeu, “se han incrementado 20 millones en salarios deportivos, respecto a lo presupuestado; los salarios no deportivos en 3 millones; gastos de gestión 11 millones; y hay otros gastos, vinculados a más ingresos, como los gastos de producción. Adicionalmente, hemos provisionado 100 millones en este ejercicio, ya que habíamos tenido 208 millones por la participación en Bridgeburg (Barça Vision). Es una contrapalanca, gastos de futuro que podíamos tener fruto de las mochilas del pasado. Por ejemplo, Alba, Umtiti, Mirotić u otros jugadores”.
Argumentos que ni el mismo acaba de entender y que, por tanto, resultan tan incomprensibles como inexplicables. Un rol calcado al que le tocó representar en la presentación del préstamo para el Espai Barça. A los pocos días, todo su discurso, la información y los datos ofrecidos resultaron ser del todo manipulados y falsos. Sólo es cuestión de tiempo que las agresiones de esta junta a la economía del club salgan a la luz.
