Sobre la moda y la industria textil

El algodón es una de las materias primas más codiciadas para elaborar ropa, desde tiempos inmemoriales han sido los pobladores de la periferia mundial, y de EE. UU, teniendo en cuenta la población negra, el triángulo de la esclavitud, y los pocos derechos que disfrutan muchos ciudadanos alrededor del mundo. Actualmente, Bangladesh es el epicentro de la tintura, y de la fabricación de ropa, pero también en países del este, y algunas zonas de África hay gente trabajando en condiciones infrahumanas para abastecer al sistema capitalista. Los cuerpos que lo recogieron en su floración lo recogen en su destrucción. La economía se deteriora, y el sistema hidráulico tan necesario para los procesos de tintura, y de confección de nuestras vestimentas hacen de la industria textil un lobo feroz.

La deslocalización supuso la pérdida de puestos de trabajo de muchos ciudadanos, con el contrapunto de que al lugar donde se las han llevado los trabajadores ni de lejos tienen la misma suerte. La India es una mina de accidentes en fábricas textiles con la consecuencia de vidas perdidas, apenas se hacen inspecciones de trabajo. En EE. UU, y en Europa existen los subsidios para los trabajadores del algodón por posibles caídas en bolsa, pero en los países más pobres se están muriendo de hambre.

Susana Alonso

El arte se expresa de igual forma a través de nuestra indumentaria, nuestra cultura, nuestro estilo de vida, incluso de pensamiento. No podemos escapar del hecho de que nos identifica como individuos. Las políticas ambientales deberían empezar a reducir la contaminación textil, tomar medidas al respecto, y dar alternativas, solo así se podrá paliar el gran daño que se ha infringido a nuestro Planeta.

Por otra parte; y sin ser menos importante está el impacto económico que supone esta insustentabilidad, el globo nos impone transformar nuestras políticas, porque como narran en el documental: Crónicas, Antropoceno: nuestro legado en las rocas, nos vemos abocados a cambiar de forma radical nuestro estilo de vida si queremos sobrevivir, y aun así no lo haremos, salvo una humanidad residual alrededor del Ártico, y de la Antártida, en condiciones infernales.

Esto va a suponer una reducción irrevocable en el sistema económico. Nuevas formas de sobrevivir monetariamente al impacto ambiental, y sus nuevas políticas, que más que esto último deberían ser normas, es decir, empezar a normativizar las políticas ambientales. El precedente de la explotación de una burbuja fue la Pandemia. La industria de la moda ha sufrido sobre stock, y tiene que deshacerse del sobrante cuanto antes, por ello es necesaria la contaminación a nivel mediático de la moda, en el sentido de que continuamente te da la impresión de que la moda está cambiando.

Estamos en un bucle de retroalimentación, no se puede dejar de producir por el sistema capitalista que ya no concibe el hecho de sobrevivir sin consumir a ciegas. La autarquía de Platón parece venirnos a colación, para recordarnos la autonomía necesaria de cada rincón del Planeta para subsistir, de lo contrario se hace inhabitable. Como expone Diego Fusaro en Globalización infeliz somos la especie: Homo Vacuus: carentes de identidad, o Platón en La República o el Estado en el “Mito de la Caverna”, no tenemos conciencia subjetiva de nuestra condición objetiva de seres explotados, a ciegas somos parte de la mercancía que compramos.

¿Reencarnaremos en otro Planeta, en otro cielo? Sea como sea lo haremos desnudos. Del Logos al Logotipo; nada somos sin una marca capital sobre nuestro cuerpo, que indique nuestra posición social. Desafortunadamente del taller a la pasarela hay un salto cuántico, un total desequilibrio en cuanto a la igualdad social se refiere, y esto no puede llegar a buen puerto cuando las riquezas no basten para salvar el Planeta. Los sueldos que reciben las mujeres que sustentan la industria de la moda, -que tiñen, bordan, planchan, cortan, confeccionan- son infrahumanos, y, como contrapunto a esto las modelos de alta costura cobran sueldos fuera de órbita por lucirlo para la venta, venden miseria a precio de lujo. La vanidad en su máxima expresión, pero debido a la gran crisis climática se acabará el multicolor, y volverá el marengo de las rocas oscuras.

«[P]orque dijo un sabio un día que a los sastres se debía la mitad de la hermosura».  El Perro del Hortelano, Lope de Vega, (1618).

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