Treinta y dos miembros de la Asamblea de Representantes del Consell de la República Catalana han difundido una carta abierta a su presidente, Carles Puigdemont, en la que acusan a su vicepresidente, Toni Comín, de gestionar la entidad haciendo «gastos innecesarios» y beneficiando a “personas cercanas”, además de actuar de forma despótica. El comunicado se pregunta, al hablar de los gastos que considera innecesarios del Consell de la República, “si los proveedores beneficiarios de estos gastos de representación, montaje de eventos y equipo técnico multimedia no han sido una vía de negocio de un círculo reducido de personas cercanas al vicepresidente”.
«La presencia y las acciones de Toni Comín, con una trayectoria política muy fluctuante (dentro de algunos partidos hoy españolistas), y movido por la promoción de intereses personales, ponen en riesgo este proyecto vital», se lee en esta carta a Puigdemont, cuyos autores dicen que su vicepresidente ha insistido reiteradamente en que la Asamblea de Representantes debería acatar las directrices y apoyar las orientaciones políticas del gobierno. Esta postura sería aberrante en cualquier sistema parlamentario serio y también lo es para la Assemblea, la cámara legislativa elegida por los ciudadanos registrados en el Consell y, por tanto, depositaria directa de la soberanía popular de nuestra institución”.
La decisión de hacer pública esta carta abierta responde, según sus autores, a la decisión de Comín, como responsable técnico del Consell, de ordenar la eliminación de los correos institucionales de sus representantes, lo cual ha imposibilitado que llegase al resto de ellos por mecanismos internos. La crítica a su gestión termina con la afirmación de que “cada día que pasa con él en una posición clave, tememos que el proyecto del Consell pueda estar marcado por la desconfianza, el despotismo e, incluso, por la obsolescencia”.
El comunicado concluye dirigiéndose a Puigdemont diciéndole que “con un profundo sentimiento de amargura y con la mano en el corazón, le instamos a revertir esta deriva peligrosa que no sólo pone en riesgo la existencia del Consell, sino también la confianza y la esperanza del pueblo catalán que todavía cree en la viabilidad y eficacia de la estrategia política del exilio. Éste es un llamamiento a la supervivencia de nuestra institución y a la continuidad de la lucha por la independencia de Catalunya”.
